Revista Almaceite

La última semana del año no ha sido buena para los precios del aceite de oliva en sus diferentes categorías. Como ha ocurrido durante todo el año. Cuando la mayoría de los socios de las cooperativas de las principales regiones productoras –con Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura a la cabeza– aceleran sus entregas de aceitunas gracias a la ausencia de lluvias, los precios siguen sin levantar cabeza.

Según PoolRed, entre los últimos días del año 2018 y los primeros del 2019 cerraron a una media de 2,69 euros/kilo el Virgen Extra; 2,43 euros/kilo el virgen y 2,26 euros/kilo el lampante. Este último acercándose cada vez más a la frontera de los dos euros, que en alguna de las últimas diez campaña también ha sucedido. El precio medio de todas las categorías de aceites fue de 2,54 euros/kilo.

Las grandes cadenas de distribución se están aprovechando estos días para firmar contratos de abastecimiento, en muchos casos trimestrales, a estos precios que les garantizan poder poner en los lineales vírgenes extra por debajo de los tres euros litro y refinados suaves e intensos de su marca de distribuidor por debajo de los 2,60 euros/kilo. La mala campaña de Italia, principal comprador de aceites de oliva a granel de España con diferencia, no ha logrado en estos primeros meses de nueva campaña mantener una tónica de precios alcistas, más parecidos a los de hace dos campañas.

Las organizaciones agrarias y las cooperativas productoras temen que esta tendencia de los precios en origen negativa se mantenga, sobre todo con la masiva entrada de aceite en las bodegas en el mes de enero, y el alargamiento, hasta incluso febrero, que se producirá en muchas zonas tras el retraso inicial de la recolección. También será básico conocer finalmente el rendimiento medio obtenido, se seguirá lejos o no del 21% previsto inicialmente en las principales zonas productoras de Andalucía. Y también la cantidad de virgen extra que pueda entrar en las bodegas, o si el volumen de virgen o lampantes también será apreciable.

Como siempre, la comparación con los precios en origen de Italia, en mercados como el de Bari, muestra dos realidades muy diferentes en el mundo del olivo. Por un lado, los industriales italianos tienen que pagar hasta 5,80 euros/kilo en origen por el virgen  “Made in Italy” si quieren asegurarse aceites ante la escasez de la producción prevista en sus principales zonas productoras como Puglia, Calabria, Sicilia o Campania. Y a la vez pueden cerrar operaciones a granel en cisternas por debajo de los 2,70 euros/kilo para los virgen extra estándar españoles que les permitirán, gracias a excelentes blend, mantener sus compromisos internacionales a precios medios envasados más altos que los de origen español y con un margen comercial mucho más elevado.

Al contrario que en el mercado español, donde los volúmenes y rendimientos de producción previstos han tenido un efecto negativo para los precios, los precios en origen en Italia han aumentado más de un 35% de media desde agosto. Justo lo contrario de lo ocurrido en España en los últimos meses.

No hay que olvidar que la producción prevista para Andalucía es de 1,33 millones de toneladas, un 39% más que el año pasado y la de España en el entorno de las 1,6 millones de toneladas, un 23% más. Con estas cifras, los actuales diferenciales de precios en origen frente a los del inicio de la campaña anterior suponen olvidarse de decenas de millones de euros en ingresos.