
El gazpacho envasado se ha convertido en uno de los mejores embajadores del aceite de oliva virgen extra en España. Un producto de consumo masivo, tanto en brik como en PET del que se superaron los 100 millones de litros en el año 2022 según datos de la Asociación Zumos y Gazpachos. Con un valor de mercado de 200 millones de euros.
Aunque el aceite de oliva es uno de sus ingredientes minoritarios, que oscila entre el 2-3% de los gazpachos en tetra brik hasta el 7% en algunas marcas de gazpachos frescos en PET, todas las empresas elaboradoras lo destacan como estrategia de marketing. Un producto muy de temporada enfocado a los meses de verano y cuyas ventas dependen también mucho de las temperaturas. Y cuyas ventas están muy focalizadas geográficamente de Madrid hacia el sur español y zonas costeras. Estando presente, junto al salmorejo, en gran parte de los menús del día de bares y restaurantes españoles.
Los precios del litro de gazpacho oscilan entre 1,70 y 4 euros de media, siendo los productos más económicos los de marca de distribuidor en tetra brik.
Según datos del sector, cada campaña las empresas fabricantes de gazpacho -mayoritariamente ubicadas en la comunidad de Murcia y Andalucía- demandan entre 2,5 y 3 millones de litros de aceite de oliva para sus elaboraciones. A las que habría que sumar las destinadas a elaborar salmorejo, un producto de mejor venta pero también popular en amplias zonas del centro y su español.
Según la Asociación Zumos y Gazpachos de España, “en la actualidad y en el plano económico, es un sector con un importante valor dentro y fuera de España. En 2022 el consumo a nivel nacional superó los 100 millones de litros, lo que supuso más de 200 M€ en valor”. Según Javier Valle, secretario General de Zumos y Gazpachos de España, el sector mantiene buenas cifras y sigue consolidándose como uno de los sectores alimentarios con una gran agenda nacional e internacional.
A nivel internacional, el gazpacho y el salmorejo siguen también abriéndose camino, ya que constituyen un gran icono de la dieta mediterránea, debido a su valor alimenticio, propiedades y sabor. Países como Francia, Reino Unido, Bélgica o Alemania son importantes destinos de las exportaciones y se continúa trabajando en ampliar su comercio exterior.
El crecimiento del sector ha llevado a multiplicar la producción en los últimos años, a través de recetas más tradicionales y de nuevas referencias, tratando de llegar a los distintos consumidores. “La riqueza, frescura y calidad de las hortalizas en España nos colocan en una situación de partida inmejorable a la hora de producir gazpachos, sin olvidar la enorme importancia que tenemos como sector para nuestra economía y empleo”, destaca Javier Valle.
La receta más común de este tradicional plato de la gastronomía popular puede incluir tomates, cebolla, pepinos, pimientos y ajo, aceite de oliva virgen extra y vinagre o limón, aunque existen diferentes versiones. Las propiedades nutricionales de los ingredientes que conforman el gazpacho lo convierten en un excelente aliado que contribuye a la ingesta de vitamina C, principalmente por el contenido de pimiento, provitamina A y vitamina E, hidratos de carbono o algunos minerales como el fósforo, hierro, calcio, magnesio, zinc, cobre, potasio y sodio.
En cuanto a la innovación, se están elaborando recetas con nuevos ingredientes y formatos, como los individuales “on the go” para facilitar su consumo en cualquier momento del día.
En las dos últimas temporadas, los fabricantes para diferenciarse ya han introducido variantes un poco más exóticas con frutos rojos, mango, zanahoria, sandía o remolacha. O incluso distinguiendo el tipo de tomate con el que están elaborados, si es tomate rosa o kumato por ejemplo. Hay cadenas o fabricantes que lo prefieren más suave y otras más intenso. El porcentaje de uso de aceites de oliva virgen extra también es cada vez más utilizado en el etiquetado.