
Avanzado el mes de septiembre, ya con la mitad puesta en el aforo de la campaña de aceite de oliva 2024/2025 que se conocerá en pocas semanas, muchas miradas se fijan en estos días en lo que está ocurriendo en el sector de la aceituna de mesa. Por dos motivos.
Por un lado, ante la falta de lluvias y el estado de la aceituna en muchas zonas productoras, puede producirse un trasvase significativo desde la aceituna de mesa a almazara. Y por otro, por la polémica, ya judicializada, que enfrente a las industrias del sector representadas con Asemesa con algunas organizaciones agrarias y de productores que han exigido un precio mínimo de 1,20 euros/kilo para algunas variedades muy importantes como la Manzanilla Cacereña.
De no producirse lluvias significativas en las principales zonas productoras (con Sevilla, Tierra de Barros en Badajoz y norte de Cáceres) en los próximos días y de no reconducirse el cisma que separa a industrias y productores, más de 100.000 toneladas de aceituna de mesa podrían ser trasvasadas a aceituna de molino. Sobre todo teniendo en cuenta que este año se espera un adelanto del inicio de campaña ante el escaso stock de enlace de campaña -que podría quedar en el entorno de las 200.000 toneladas finalmente- y los previsibles buenos precios que se pagarán por los nuevos AOVEs tempranos.
Hay que tener en cuenta que los datos del segundo aforo de campaña de la aceituna de mesa prevén una cosecha de 492.000 toneladas, muy variable en relación al año pasado en cuanto a variedades.
El problema de los precios entre industriales y organizaciones de productores, en zonas como las del Norte de Cáceres, viene ya enquistado desde el año pasado, incluso ya en procesos judiciales abiertos. ASEMESA, que agrupa a las mayores industrias del sector de aceituna de mesa, ha emitido un comunicado donde asegura que “según información que se ha hecho pública los pasados 2 y 4 de septiembre y, posteriormente, reproducida en una Asamblea de productores organizada al efecto, tanto Asomanca como La Unión Extremadura están promoviendo entre sus productores la fijación de un precio de 1,20 euros por Kg para entamado, como precio mínimo para la venta de la producción de aceituna”. Hay que tener en cuenta que el coste de recolección de la aceituna de mesa es superior al de aceituna para molino.
Según la organización de industriales, “ante la gravedad de estos hechos, ASEMESA se ve en la obligación de manifestar públicamente que tales prácticas son del todo contrarias al derecho de la competencia, nacional como comunitario, así como a la propia Ley de la Cadena Alimentaria, por cuanto la emisión de circulares, informaciones y proposiciones, y la organización de reuniones, para la imposición de estos precios mínimos de una manera colectiva sólo pueden catalogarse como prácticas concertadas destinadas a la fijación de precios. Dichas conductas están absolutamente prohibidas por el derecho de la competencia y son contrarias a la propia Ley de la Cadena Alimentaria”.
Por su parte, la organización agraria La Unión de Extremadura, asegura que “la campaña de aceituna de mesa en Extremadura iba a comenzar en el Norte de la Región el lunes 9 de septiembre. Esta campaña se caracteriza por una cosecha muy inferior a campañas anteriores debido a la vecería del olivo ya que el año pasado tuvimos una buena producción, también se va a ver mermada por la escasez de lluvias que está provocando que la producción en Tierra de Barros se vea muy mermada por la falta de tamaño en la aceituna. Calculamos una producción de alrededor de 20 millones de kilogramos de aceituna manzanilla cacereña y en la variedad carrasqueña tenemos que esperar a ver la lluvias de otoño lo que se retrasan, en el caso de ausencia de lluvias la mayor parte de la cosecha de aceitunas en Tierra de Barros se destinaría para producir aceite”.
Para La Unión de Extremadura, “según los estudios de costes de producción elaborados por la Unión Extremadura el coste efectivo para producir un kg de aceituna de mesa en esta campaña está en 1,20 €/kg para la aceituna de entamado, que lógicamente hay que distribuirlo en precios por cada una de las clasificaciones por tamaño y calidad de las aceitunas. En base al artículo 9 de la citada Ley, todo contrato que se firme por debajo de este precio se estaría incumpliendo la Ley y por lo tanto sería denunciado ante el AICA, para que esta Agencia sancione a estas industrias por el incumplimiento”.
Ante este panorama, y con las industrias entamadoras esperando la entrada de aceituna en sus instalaciones, ASEMESA ha asegurado que “emprenderá acciones judiciales inminentes contra los responsables, en defensa de los derechos de sus miembros y del propio derecho de la competencia. Estas acciones se ejercitarán ante los Organismos competentes, para su cese inmediato, sin olvidar la reclamación de cuantos daños y perjuicios puedan producirse con ocasión de estas prácticas ilegales”.
Hay que recordar que todo lo que suceda durante la campaña de aceituna de mesa, sensiblemente anterior al inicio de la recogida masiva de la aceituna para molino, tiene un efecto directo en la disponibilidad final de aceite de oliva y sus precios. De ahí la importancia de ver finalmente a qué precios se pagará el verdeo, ver cómo acaba de redondear la aceituna en campo si acaba lloviendo y el trasvase final a molino de la misma.
Una respuesta a “La falta de lluvias y la guerra de precios entre productores e industrias auguran más aceituna de mesa para almazara”