
El sector de las conservas de pescado no atraviesa su mejor momento. Y es una actividad capital para el mercado del aceite de oliva al tratarse quizás de su mayor consumidor industrial. Un sector compuesto por unas 70 empresas industriales, la gran mayoría radicadas en Galicia, que mueve al año más de 3.000 millones de euros. La caída del consumo y la fuerte subida del aceite de oliva, uno de sus ingredientes claves, íntimamente relacionadas ante la escalada de los precios, han puesto en guardia al sector.
Según datos de la patronal empresarial ANFACO, España produce de media unas 300.000 toneladas de conservas de pescados y mariscos cada año. De esta cantidad, en torno al 50% lleva como ingrediente aceite de oliva, sobre todo refinado, aunque en los últimos años hay una tendencia creciente al uso de aceite de oliva virgen extra como reclamo saludable, como se puede observar estéticamente en todos sus envases.
Menor consumo
La fuerte subida del precio del aceite de oliva ha tenido un impacto importante en la baja del consumo de conservas de pescado, ya que ha provocado un aumento significativo de los precios, especialmente del de mayor venta, el atún. Aunque también hay otros factores que han provocado dicha caída, entre ellos el menor consumo entre los jóvenes y el menor consumo de pescado en general.
Una situación que de cara al futuro debería preocupar al sector oleícola español al tratarse el conservero de un gran cliente en volumen y muy fiel. El sector cifra en un 14,7% esta caída en el consumo y sostiene que si hace diez años se consumían 25 kilos de pescado por persona y año, ahora esta cifra se reduce hasta los 18 kilos. Hasta ahora, las exportaciones mantienen en parte la producción del sector conservero, ya que crecen tanto en volumen (cerca del 3%) como en valor (+12,5%).
España exporta cada año unos 1.750 millones de euros en conservas de pescado y marisco. Entre los mejores mercados para las conservas de pescado españolas destacan Italia, Francia, Portugal, Países Bajos, EE.UU., Alemania, Bélgica y Reino Unido. Curiosamente, en casi todos ellos, el aceite de oliva tiene una destacada presencia y muy buena aceptación.
El sector conservero, que es también un gran consumidor de aceite de girasol, sobre todo en un segmento más barato producto, vivió una situación parecida a la actual en el año 2022 con la guerra de Ucrania. La fuerte subida del precio del girasol, que llegó por entonces a valer incluso más caro que el oliva refinado algunas semanas, obligó a las empresas a ajustar márgenes y reducir producción.
Mayor fabricante
Según datos del Informe de Alimentación de España 2023 de Mercasa, España es el mayor fabricante de conservas de pescado y marisco de la UE, y el segundo a nivel mundial por detrás de Tailandia. El 85% de la producción sale cada año de industrias radicadas en Galicia. En el caso de productos concretos, como la anchoa, regiones como Cantabria en el entorno de Santoña también tiene gran presencia. Un sector empresarial que ha dado un importante giro en los últimos años, con una mayor integración en grandes grupos y más plantas en el extranjero, y que sigue dominado por Jealsa (Rianxeira y Escuris), Calvo, Frinsa del Noroeste, Garavilla, González Montes, Conservas Dani, Salica y Albo entre otras.
El producto estrella de la industria conservera española -y el que más utiliza como ingrediente el aceite de oliva- es el atún, que concentra 198.000 tn de las 300.000 de la producción global, seguido de la conserva de sardina (20.000 tn) y la de caballa (12.650 tn), según datos de Anfaco-Cecopesca.