
Egipto, conocido históricamente como la «tierra de los faraones», no solo destaca por su rica herencia cultural y su posición estratégica en el Mediterráneo, sino también por su creciente prestigio en la producción de aceite de oliva aún más con la primera edición del Concurso Internacional de aceite de oliva virgen extra de Egipto (Las Pirámides), con una participación internacional de más de 20 países con 190 Aoves. Un proyecto dirigido y coordinado por Eng. Yassen Hamdi y Mahmoud Hassan, Organizing committee -Chairman, qué lideraron de forma magistral un panel de expertos internacionales como Laura Valverde en representación de España, Maryem Ghrsallaouim, Tunisia, Kaouther Ben Hassine, Tunisia o Mokhtar Guissous de Argelia.
En los últimos años, este país ha experimentado un notable avance en calidad y cantidad, consolidándose como un jugador clave en el mercado internacional. Los premios reconocieron la excelencia en categorías como sabor, pureza y procesos de producción sostenible. El éxito de Egipto en el ámbito del aceite no es casualidad. El país ha invertido significativamente en mejorar sus métodos de cultivo y producción. Gracias a la combinación de prácticas agrícolas tradicionales, adaptadas al clima árido del país, y la adopción de tecnologías modernas, los productores han logrado maximizar el rendimiento de las plantaciones de olivo.
El gobierno egipcio también ha desempeñado un papel crucial, apoyando a los agricultores a través de programas de capacitación, incentivos fiscales y acuerdos comerciales que facilitan la exportación a mercados internacionales.
Variedades que hacen historia. Entre las variedades premiadas se encuentran aceites elaborados con las especies locales de olivo, como la «Arbequina egipcia», conocida por su sabor suave y afrutado. También destacaron las mezclas que incluyen olivas importadas adaptadas a las condiciones del Delta del Nilo y el desierto occidental.
Un impacto positivo en la economía local, hace qué el crecimiento de la industria aceitera no solo ha traído reconocimiento internacional, sino también un impacto económico significativo. La producción de aceite en Egipto ha generado empleo en zonas rurales, impulsado el turismo agrícola y promovido una imagen positiva del país como destino gastronómico.
Con una demanda global creciente de aceites de oliva de calidad, Egipto tiene el potencial de convertirse en un líder indiscutible en el sector. La expansión de sus mercados de exportación y el mantenimiento de altos estándares de calidad aseguran que los aceites egipcios sigan siendo reconocidos y apreciados en todo el mundo.
Los recientes premios internacionales de Egipto no solo celebran la calidad del producto, sino también la dedicación de un país que combina historia, innovación y pasión para conquistar el paladar Internacional.