Vicente Mateos (Areté): “La cosecha 2025/26 podría sufrir los efectos de campañas de descarga en países como España, Túnez, Turquía, Grecia y Portugal”

Entrevista con
Vicente Mateos
Delegado España de Areté

Vicente Mateos es el Delegado en España de la empresa Areté The Agri-food Intelligence Company que proporciona previsiones de precios en los principales mercados agroalimentarios, entre ellos el de aceites vegetales.

¿Qué servicios ofrece Areté y qué beneficios aporta a las empresas?

En un panorama de alta volatilidad que hace que los mercados agroalimentarios sean cada vez más complejos y difíciles de gestionar, en Areté – The Agri-Food Intelligence Company – nos dedicamos a ayudar a nuestros clientes a construir una estrategia adecuada de compra/venta. Proporcionamos información basada en previsiones de precios para los mercados de interés en el sector agroalimentario, como aceites y semillas: oliva, girasol, palma, soja, colza, etc. Los mercados están interconectados y es fundamental tener una visión global que permita comprender situaciones complejas, considerando factores climáticos, geopolíticos, energéticos y de productos sustitutivos.

¿Tendrá la variable climática un impacto cada vez mayor en los precios?

Desde 2022, la sequía persistente y las temperaturas por encima de la media en las principales áreas productoras han reducido la disponibilidad mundial de aceite de oliva, provocando en dos años un aumento del 152% en los precios del aceite de oliva virgen extra comunitario. En España, donde se produce un tercio del aceite de oliva mundial y es el principal exportador, los precios crecieron casi un 170%, impulsados por olas de calor que llevaron a las dos peores producciones españolas (campañas 2022/23 y 2023/24) de los últimos 10 años.

En 2024, lluvias primaverales favorables en Andalucía permitieron una importante recuperación productiva en España para la campaña actual, con una producción estimada de 1,3 millones de toneladas (+51% respecto a 2023/24). Esto provocó una caída de los precios desde los picos de principios de 2024, reduciendo a la mitad las cotizaciones del aceite de oliva virgen extra español. Las limitadas reservas mundiales y la creciente frecuencia de eventos extremos, como sequías, granizadas e inundaciones, representan un riesgo significativo para la estabilidad de los precios.

El aceite de oliva en origen siempre ha tenido una elevada volatilidad de precios. ¿Es posible mitigarla?

Los precios del aceite de oliva en origen presentan una alta volatilidad, influenciada tanto por dinámicas de corto plazo, que surgen durante la cosecha, como por tendencias a largo plazo relacionadas con la alternancia productiva de los olivos. A corto, un factor crucial es la fragmentación en las políticas de venta de los productores: por un lado, almazaras que necesitan liquidez inmediata tras la cosecha; por otro, productores que se resisten a aceptar las caídas cíclicas de precios típicas del inicio de campaña. Esta dinámica se amplifica con expectativas divergentes entre la gran distribución y las cooperativas o almazaras.

La alternancia cíclica de campañas de carga y descarga impacta significativamente en la evolución de los precios del aceite de oliva. Este fenómeno se ha vuelto más relevante en los últimos años, debido a la grave sequía.

¿Cómo ve la situación del sector del aceite de oliva en los próximos meses?

Un abundante flujo de oferta española al inicio de la campaña provocó una caída en los precios en origen, con las cotizaciones del aceite de oliva virgen extra de Jaén disminuyendo un 35% en tres meses, debilitando los precios internacionales. Las cooperativas y almazaras industriales españolas intentaron defender sus posiciones, estableciendo como piso de las cotizaciones un umbral “psicológico” de 4.000 €/t.

La caída de las exportaciones (-27%) y la contracción del consumo interno (-9%) no cumplieron con las expectativas de muchos operadores que esperaban una recuperación de precios impulsada por una demanda robusta. Y se intensificó la competencia de productores en el área del Mediterráneo, como Turquía y Túnez, que, favorecidos por cosechas abundantes, ofrecen precios más competitivos y ejercen una creciente presión sobre los productores españoles.

La campaña 2025/26 estará caracterizada por existencias iniciales aún limitadas en Europa en comparación con la media de 2018-2022, lo que amplificará los riesgos de volatilidad, desde el período de floración en adelante. Tras producciones abundantes en los principales países productores excepto Italia, las cosechas 2025/26 podrían sufrir los efectos de campañas de descarga en países como España, Túnez, Turquía, Grecia y Portugal. En un contexto de bajos inventarios y caídas de producción a nivel global, será difícil consolidar una dinámica de precios a la baja en la próxima campaña, especialmente frente a una probable recuperación de la demanda.


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