
Con las lluvias de abril y la imagen de los campos de olivos mejorados, y el espejismo de las fuertes subidas de ventas de aceite de oliva tras el confinamiento en las dos primeras semanas, la realidad de los precios PVP en los lineales vuelve a imponerse. Como si el almacenamiento privado fuese ya un recuerdo del pasado y lo que cuenta de verdad es la alta disponibilidad de aceites en el mercado, tanto español como internacional.
Vuelven a verse en los lineales y en algunas marcas de distribuidor ofertas puntuales por debajo de los 2 euros/litro y de casi 10 euros la garrafa de cinco litros en lampante. Ofertas que amenazan con ser recurrentes en los próximos meses ante la fuerte guerra comercial que se avecina entre las grandes cadenas de distribución por atraer el consumo de hogares. Sobre todo con el cambio de tendencia experimentado con el confinamiento que ha hecho perder cuota de mercado a las cadenas hasta ahora más activas como Mercadona o Lidl, a favor de DIA o de las cadenas de super regionales y locales.
Una categoría la de los aceites lampantes que en origen ya marca de forma constante en las últimas semanas la orilla de los 1,70 euros/kilo y sin una tendencia clara de subida ante el stock existente. Unas cifras muy alejadas del precio medio de los lampantes en las últimas 10 campañas, que han marcado cotizaciones en torno a los 2,30 euros/kilo de media. Mientras las cotizaciones en origen siguen en esta senda de los 1,70 euros por kilo, las cadenas de distribución podrán seguir con ofertas puntuales en la frontera de los 2 euros/litro sin riesgo de ser acusadas de venta a pérdida, aunque la ganancia real sea nula en su cuenta de resultados. Pero convierten al aceite de oliva, como en otras ocasiones son la leche, la cerveza o el arroz en “productos tractor” que arrastran otro tipo de consumo.
Mientras, los precios en la categoría de virgen siguen también muy bajos y planos, por debajo del 1,90 euros/kilo, y con muy poco diferencial frente a los lampantes, con escasa salida comercial en envasado. Un ejemplo claro del terreno de nadie en el que se está convirtiendo esta categoría maltratada y poco conocida por el consumidor final. Mientras, los virgen extra de calidad son los únicos que mantienen cotizaciones al alza ante su mayor escasez y diferenciales de precios interesantes –recordar que la campaña pasada en general no tuvo una alta calidad global de los aceites. No así los virgen extra estándar, que siguen sin sobrepasar con autoridad la frontera de los 2,20 euros/kilo en origen, en una tendencia que acumula ya muchos meses y que se acerca peligrosamente a los meses de verano.
Hay que recordar que los virgen extra son la única categoría de aceite de oliva que está demostrando en los últimos meses vigor en e crecimiento de las ventas y consolidando, décima a décima, el sorpasso, a los refinados. Y con las lluvias de abril poniendo los campos de olivar interesantes de cara a la próxima campaña.