España es el mayor exportador mundial de aceite de oliva, tanto en el mercado de envasado de graneles, con una creciente cuota de mercado internacional en muchos países de los cinco continentes. Con una media de exportación mensual de 86.317 toneladas en el primer semestre de la actual campaña, lo que supone ya un 65% del total de la comercialización.
Pero también se ha convertido en algunas campañas en uno de los grandes mercados importadores. Con datos al 31 de marzo, las importaciones de aceite de oliva de España han alcanzado las 114.300 toneladas, lo que supone un 35,9% más que en la campaña anterior por estas mismas fechas.
Esta cifra supone que España ha importado el equivalente al 10% del total de producción de esta campaña, que ha sido de 1.116.300 toneladas. Curiosamente, mientras que la producción media española de la campaña 2019-2020 ha disminuido un 37% sobre la del año anterior, las importaciones han crecido un 36%. Casi como vasos comunicantes en esta campaña.
Varios factores han influido de forma destacada en este fuerte aumento de las importaciones. Por un lado, la mayor demanda de los industriales envasadoras de aceite foráneo para envasar provocada por los aranceles de Estados Unidos a las importaciones de granel españolas por el caso “Airbus”. A lo que se ha unido la alta producción de Túnez, con disponibilidad de aceites baratos en puerto durante muchos meses del año. También la mayor cosecha de Portugal, especialmente de AOVEs tempranos en los primeros meses de campaña, donde importantes empresas españolas han tomado posiciones estratégicas con olivares propios, acuerdos de largo plazo y almazaras y donde Sovena juega un papel esencial en el mercado peninsular.
Según los datos de la Oficina Nacional l’Huille de Túnez, el país logro exportar en los primeros tres meses del 2020 un total de 148.000 toneladas de aceite de oliva, por encima de sus previsiones. Y solo entre enero y febrero de este año, Portugal exportó casi 18.000 toneladas a España.
Túnez y Portugal se han convertido de esta forma en las últimas campañas en los principales suministradores de aceite de oliva al mercado español. Uno por cercanía y conexiones empresariales, y el otro por su producción de aceites a menor coste.
Está por ver en los próximo años la incidencia en las importaciones de aceite de Argentina sobre todo que tendrán los recientes acuerdos comerciales y arancelarios firmados entre Mercosur y la Unión Europea. Aunque Argentina atraviesa serios problemas económicos y de estabilidad financiera, siempre ha sido un territorio apetecible para las inversiones agrarias. Y con las puertas abiertas de la UE, sus exportaciones de aceite de oliva “a contracampaña” pueden crecer con fuerza.