Más del 50% de las explotaciones de olivar de España tienen menos de 5 hectáreas

Pese a la imagen que puedan proyectar en muchas ocasiones las grandes plantaciones de olivar superintensivo y en seto que abundan cada vez más sobre todo en las cuencas hidrográfica del Guadalquivir y del Guadiana, con las provincias de Sevilla y Badajoz como mayores exponentes, el minifundismo sigue siendo una tendencia histórica en gran parte del olivar español.

Un dato clave para entender los problemas de rentabilidad estructural que pueden tener muchas explotaciones familiares cuando las campañas vuelvan a los niveles medios de 1,4/1,5 millones de toneladas y los precios se reduzcan de forma considerable a los niveles medios a los que han estado en la última década (por debajo de lo 4 euros/kilo en origen).

Según datos del Informe Anual de Coyuntura Oleícola que edita Caja Rural de Jaén y dirige Manuel Parras Rosa, en España existían en el año 2020 un total de 420.485 explotaciones, con una superficie media de 5,86 hectáreas. Destacan, con diferencia, las explotaciones con menos de 5 ha, alcanzando las 227.754 explotaciones (54,16% del total) que, sin embargo, agrupan tan solo el 15,10% de las hectáreas de olivar (372.284 ha).

Si analizamos las explotaciones con menos de 30 hectáreas, los datos del INE (2022) indican que en ese tramo se acumulan un total de 364.720 explotaciones (86,73% del total) y 1.229.987 hectáreas que representan casi el 49,90% del cultivo del olivar en España. Por tanto, el 50% del olivar y el 87% de las explotaciones son de pequeño o muy pequeño tamaño. Por el contrario, el 8,47% de las explotaciones son mayores de 50 ha, pero agrupan el 38,85% de la superficie de olivar español.

Según los datos de la Encuesta de Superficies (ESYRE) del Ministerio de Agricultura en la actualidad habría unas 226.000 hectáreas de nuevos olivares jóvenes plantados en España, la gran mayoría en riego y nuevos sistemas intensivos, superintensivos y en seto, lo que ofrece un colchón de crecimiento de la producción muy importante de aquí a pocos años. Y que también tendrá a buen seguro, con el aumento de la producción, un impacto en los precios del origen del aceite de oliva.

Hay que recordar que la campaña 2013/2014, con casi 1,8 millones de toneladas de aceites de oliva y más de 1,1 millones de toneladas en exportaciones, mostró ya una parte del potencial de producción que tiene el olivar español cuando las condiciones climáticas acompañan y el olivo no está sometido a estrés.

Hay que tener en cuenta que olivar español representa en torno al 23% del cultivo a nivel mundial que ocupa 11,5 millones de hectáreas repartidas entre 67 países (Juan Vilar Consultores). Sin embargo, España ha logrado producir en campañas medias-altas hasta el 46% del aceite de oliva mundial, aumentando su tasa de productividad de forma significativa en los últimos años.

Del total del olivar español, el 67% se concentra en Andalucía, el 16% en Castilla-La Mancha y el 10% en Extremadura. Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón son otras regiones con una importante superficie de olivar. Del 2010 al 2022, la superficie de olivar en España creció en torno a las 143.000 hectáreas.


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