Con la vista puesta en la nueva campaña de olivar 2024/2025 que deja cada día más pistas en los olivos sobre lo que puede venir y las primeras previsiones optimistas -como la de Asaja hace unos días- los precios en origen siguen su senda descendente.
Si miramos la vista atrás, a comienzos de este año 2024 cuando la campaña actual ya mostraba que iba a ser mejor que la anterior pero sin demasiadas alegrías, el diferencial de precios con las cotizaciones actuales en origen ya supera en algunos casos los dos euros/kilo.
Las cifras aportadas por Infaoliva para la semana pasada mostraban una cotización en origen de 6.70 euros/kilo para el virgen extra cuando a mediados de enero rozaban los 9 euros/kilo, mientras que el virgen se sitúa en los 6,25 euros/kilo y el lampante en los 6,10 uros/kilo. La frontera que marca está última categoría ya cercana a los 6 euros muestra claramente una tendencia de mercado que deberá refrendarse cuando pasen los calores de agosto y se compruebe realmente la situación del fruto en los olivos a poco más de un mes vista del inicio oficial de la nueva campaña.
Si tomamos como referencia el pico más alto de precios en origen, en torno al 15 de enero, la cotización del virgen extra era de 8,98 euros/kilo, la del virgen de 8,7 euros/kilo y la del lampante de 8,5 euros/kilo. Es decir, una media global entre las tres subcategorías de 2,3 euros más alta que la que los aceites en origen han tenido en la penúltima semana de julio.
Una situación la de los precios en origen que lleva ya más de cuatro semanas con una tendencia clara a la baja y que va a tener un impacto muy importante en dos frentes en las próximas fechas. Por un lado en los precios PVP en los lineales de súper e híper, sobre todo con la ayuda del IVA al 0%. Pero también en la estrategia de muchas almazaras y cooperativas, que todavía cuentan con aceite en sus bodegas sin vender, cuya venta han ido retrasando en espera de que la cercanía del enlace de campaña forzara de nuevo una subida de precios.
Cosa que hasta el momento, ya con los datos de comercialización de julio en puertas y con el mes de agosto ya entrado, no se ha dado y ha situado de nuevo a muchos gerentes de almazaras en la tesitura de vender aun con pérdidas -frente al precio que pagaron ellos la aceituna en diciembre y enero- o arriesgarse aún a perores minusvalías. Sigue habiendo muchos olivareros que entregaron sus aceitunas en el mes de diciembre y enero que aún no han cobrado una parte significativa de la misma -entre un 25 a 30%- porque la almazara o cooperativa a la que se la vendieron no se ha atrevido a venderla en la coyuntura de los últimos meses.
Las grandes envasadoras, con los deberes de abastecimiento y compra a futuro ya realizada, no esperan de aquí al inicio de la próxima campaña grandes cambios en el mercado, ni en tendencia de consumo ni en oscilaciones de precios. Con lo que no están dispuestos según se acortan los plazos para el inicio oficial de la nueva campaña -que en muchas zonas viene ligeramente adelantada- a pagar un alto precio por el aceite en origen que según todos los indicios no van a poder trasladar ya al precio de venta a la Gran Distribución.
Revista Almaceite 