
Entrevista con
Héctor Abad
CEO de Oliquality
¿Qué es y cómo surgió el proyecto de Oliquality?
El proyecto Oliquality nació desde nuestra experiencia como consumidores. Los lineales de los supermercados cada vez están más saturados y poco ordenados, generando gran desconcierto al consumidor medio, que además es continuamente bombardeado con noticias y clasificaciones confusas como Nutriscore.
Un producto especialmente afectado es el aceite de oliva, que parece estar eternamente en el centro del debate. La crisis climática de estos años y la elevada inflación sufrida en consecuencia, sumado al desconocimiento existente sobre la categorización del producto, han provocado que muchos consumidores hayan mudado sus preferencias hacia aceites vegetales de otras materias primas.
Ante esta situación diseñamos los distintivos Oliquality, que servirán como herramienta de diferenciación de las categorías de aceite de oliva mediante una gama cromática (oro para aceite de oliva, plata para aceite de oliva virgen, bronce para aceite de oliva virgen extra y diamante para aceite de oliva virgen extra con D.O.P.).
Ya contamos con el aval de importantes asociaciones nacionales como la de los Tecnólogos de los Alimentos, y estamos en camino de conseguir importantes colaboraciones con universidades y otros centros de investigación.
¿Quiénes lo forman y qué relación tenían con el sector del aceite de oliva?
Todos los componentes de Oliquality tenemos amplia experiencia en el sector de la alimentación. Tanto yo, Héctor Abad, responsable administrativo y gestor, como Nuño Hidalgo, responsable comercial, hemos desarrollado la mayor parte de nuestras carreras en empresas alimentarias. Por su parte, Jairo Velasco, responsable técnico y graduado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, además de su formación académica en la materia, ha colaborado en varios proyectos edafológicos relacionados con la producción del olivar de la Universidad de Granada.
¿De qué forman vais a evaluar la certificación que concedéis a las marcas y que les aportará a ellas y al consumidor final?
Empezando por la segunda pregunta, los distintivos Oliquality tienen un doble enfoque: productor y consumidor.
Para el productor será beneficiosa su utilización para diferenciarse de su competencia en el lineal, tanto de los que produzcan aceite de oliva de menor categoría, como de los productores de aceite procedente de otras materias primas.
Por otra parte, al consumidor le ayudará a comprender el lineal, identificando con facilidad los aceites de oliva por su categoría, entendiendo y valorando la existencia de estas. De este modo será capaz de realizar una elección consciente y no caer fácilmente en las “trampas” que puedan producirse en los puntos de venta.
La presencia de los distintivos también asegurará la calidad de los productos avalados por Oliquality, ya que para su aceptación será necesario presentar los análisis de laboratorio independiente que certifiquen que sus parámetros físico-químicos y organolépticos se encuentran dentro de lo indicado en el Reglamento Delegado (UE) 2022/2014 sobre la categorización del aceite de oliva.
Ya hay AOVEs con Denominación de Origen Indicaciones Geográficas Protegida, Ecológicos, Demeter, Producción Integrada y otros sellos de calidad privados. ¿Cómo vais a conseguir aportar una certificación diferente?
Todas estas certificaciones mencionadas no son incompatibles con la nuestra, es más, las entendemos como complementarias.
Desde la inclusión de estos sellos de certificación, el aceite de oliva es uno de los productos en los que menos repercusión han tenido, no aumentando su valor comercial mucho más allá de lo que lo ha hecho la inflación (90%), por debajo del incremento de valor de productos como la sidra o del vinagre. Con la diferenciación cromática de las categorías nos miramos en el espejo de lo implementado con los jamones a mediados de la década anterior y que han incrementado su valor en más de un 600%.
Los distintivos Oliquality serán una herramienta muy aprovechable de educación nutricional; Según los últimos estudios sobre el aceite de oliva publicados por la Junta de Andalucía, pese a que más del 90% de los españoles incluimos este producto en nuestra cesta de la compra, casi el 70% desconoce su categorización y más del 60% entiende su etiquetado como confuso.
Por todos estos motivos creemos que el etiquetado del aceite de oliva necesita un cambio que mejore la comprensión del consumidor y que ayude a revalorizar un producto base en la dieta mediterránea y tan importante para la economía española.
¿Consideráis que la actual normativa es suficiente severa y clara para evitar posibles fraudes en el sector?
Creemos que la normativa en lo que respecta al aceite de oliva es clara y bien definida, pero que su implantación es demasiado laxa. Esto repercute directamente tanto en los productores, que tienen que exportar mucho de su aceite ya que no es valorado en nuestro país, como en los consumidores, que en su mayoría entienden todos los aceites como iguales.
Dado que España es el mayor productor de aceite de oliva, y uno de los máximos consumidores, tenemos la responsabilidad de crear unas normas que revaloricen este producto, asegurando su calidad con controles más estrictos y reduciendo la posibilidad de los fraudes que tanto han dañado al sector.
Desde 2016 en nuestra web https://www.aovesierramagina.com/ en el apartado «Procesado», se puede ver una clasificación de los distintos aceites que podemos encontrar en el lineal y que un cliente sepa a simple vista la categoría del aceite que compra, clasificandolo como los hoteles con estrellas o los restaurantes con tenedores, nosotros con aceitunas.
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