
Hace dos años por estas fechas, durante una comida informativa con medios de prensa en un hotel cercano al Retiro de Madrid, el presidente del Grupo DCOOP, Antonio Luque, dijo una frase que pasó en parte desapercibida entre plato y plato pero que tenía ante las puertas de una campaña muy corta una gran carga de profundidad. “La Administración debería controlar más dónde van los camiones cisterna que salen de las orujeras”.
Dos años después, aquella frase ha tenido un recorrido y explicación más profusa durante un nuevo encuentro con los medios. El pasado 27 de noviembre, Antonio Luque, denunciaba que se está produciendo fraude en una parte del aceite de oliva comercializado en España. “Llevamos 40 años callados, pero no vamos a permitirlo más. La Administración tiene que hacer algo porque hasta ahora no se está controlando”.
El presidente de DCOOP aseguraba que “no tenemos pruebas para llevarlo al juzgado, pero sí tenemos indicios muy sólidos y nos falta una Administración, tanto nacional como autonómica, que lo quiera frenar y quiera acabar con esto”, demandando que la Fiscalía entre a investigarlo.
El presunto fraude consistiría en vender como aceite de oliva un producto que contiene mezclas de otros aceites como orujo o girasol para abaratar el precio. “La Administración tiene que tomar una decisión para la trazabilidad del aceite y controlar el procedimiento, porque no se controla todo el proceso, y si se hace, hay algo que falla”, ha criticado.
El mismo día, ya por la noche, en “La Brújula” de Onda Cero, el director general de DCOOP, Rafael Sánchez de Puerta, aseguraba que «hay demasiados indicios de que no todo el mundo está operando correctamente, por lo que hay algunas prácticas que habría que desterrar definitivamente». Sobre los indicios que le llevan a hablar de fraude, Sánchez de Puerta asegura que «estos dos años donde hemos tenido precios muy elevados por la escasez de producto, nos hemos encontrado con que hay un producto que se consume muchísimo en España: el aceite de oliva refinado».
Dcoop asegura sorprendido que «el aceite de oliva refinado es más barato que el aceite de oliva lampante del que procede y ésto solo es posible si se está cometiendo un fraude y se está adulterando el producto final con otros aceites más baratos». Lo que supondría «una competencia desleal para las empresas».
Es en la categoría de los aceites de oliva refinados, que sigue teniendo una cuota cercana al 50% en el mercado español de aceites de oliva en global, donde su sustanciarían según DCOOP los indicios de fraude en el sector y las prácticas de mezclas prohibidas en la legislación española.
Sánchez de Puerta también aludió a la existencia de los «aceites de diseño» que «tienen todos los parámetros al límite. Ningún aceite de oliva natural presenta este escenario. Puede tener algún parámetro al límite, pero no todos».
Tras las alusiones del Grupo DCOOP a ANIERAC y ASOLIVA -entidades en las que están presentes también otros importantes grupos cooperativos además de los mayores grupos envasadores- ambas asociaciones emitieron un comunicado conjunto al día siguiente de las declaraciones del presidente de DCOOP para dejar clara su postura. “Ante las falsas acusaciones de fraude vertidas contra el sector del aceite de oliva, así como de malas prácticas de algunas compañías en el tratamiento del producto, desde la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (ANIERAC) y la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (ASOLIVA), desmentimos enérgicamente estas afirmaciones.
Desde el sector y, en concreto las compañías asociadas a ASOLIVA y ANIERAC, siempre han cumplido con la legislación vigente y los mecanismos de control exigidos, contando además con procedimientos propios de autorregulación para garantizar la máxima calidad y seguridad en sus productos y procesos.
ASOLIVA y ANIERAC se ha mantenido siempre una estrecha colaboración con la Administración Pública para instaurar las mejores soluciones que permitan garantizar y mejorar constantemente los mecanismos de control y regulación del sector.
Desde el sector, se tomarán las medidas oportunas ante estas falsas acusaciones que pretenden descalificar el prestigio de aceite de oliva español frente al aceite de otros países y atentar contra un sector de enorme peso y tradición en España, que supone un pilar fundamental para la economía y la cultura de nuestro país”, aseguraba el comunicado conjunto de ANIERAC y ASOLIVA.
En el fondo de toda esta tormenta dialéctica -en el momento clave de la nueva campaña y con los precios a la baja- subyace también el debate de fondo que el sector oleícola lleva arrastrando en los últimos años sin avances sobre el modelo o modelos de trazabilidad del aceite de oliva.