
Ningún profesional de la cadena de valor del aceite de oliva -ni productores ni cooperativas ni brokers ni almazaras industriales ni puestos de compra ni grandes envasadoras- esperan una caída en vertical tan pronunciada del aceite de oliva virgen extra en tan poco tiempo.
Desde el 1 de diciembre el precio ha caído en origen en 1,50 euros/kilo, hasta situarse el viernes de la semana pasada (13 de diciembre) en los 3,50 euros. El aceite de oliva lampante ya cotizaba en esas fechas a ,3,30 euros/kilo. No ha habido un día de la última semana en que la tendencia a la baja del aceite de oliva se haya detenido, pese a las muchas voces en el sector solicitando calma y cabeza.
Una tendencia de desplome de precios en origen que ha coincidido en el tiempo con las fechas de mayor volumen de entrega de aceituna desde el inicio de la campaña, y que ha obligado a muchos puestos de compra y a muchas almazaras industriales a firmar con asteriscos y salvedades la compra de aceituna. Para poder cubrirse las espaldas ante la fuerte bajada del precio que ha obligado a modificar los precios a pagar de forma casi diaria.
Si se analizan los precios en origen en el último año la caída ha sido brutal. Según datos de Infaoliva, el precio máximo de virgen extra en este año 2024 se alcanzó el 17 de enero cuando llegó a cotizar a 8,95 euros/kilo, por 8,77 euros/kilo el virgen y 8,40 euros/kilo el aceite de oliva lampante. Es decir, desde mediados de enero el precio del aceite de oliva virgen extra en origen habría caído 5,45 euros/kilo.
Desde el inicio oficial de la campaña el 1 de octubre, el precio en origen de los aceite de oliva virgen extra habría caído en 3,50 euros/kilo. Ante este panorama, tanto los productores que venden su aceituna como los que lo hacen en cooperativas -con o sin almazara propia- se han encontrado con un panorama de precios muy diferente al previsto a finales de septiembre o principios de campaña, cuando la caída de los precios había sido mucho más suave durante semanas.
Uno de los datos que más llama la atención de las cotizaciones actuales en origen de aceites de oliva es que el diferencial de precios entre categorías es prácticamente inexistentes, de apenas 10 céntimos entre un virgen extra y un virgen, y de 20 céntimos entre un virgen extra y un lampante.
El mercado, en espera de ventas masivas e incluso acaparamiento cuando los precios en los lineales bajen con fuerza -ya entrado el mes de enero- está ansioso de aceites de oliva, sea de la categoría y calidad que sea. Las salidas mensuales siguen altas para los precios de referencia -como lo demuestra lo ocurrido en el mes de noviembre.
Hay que tener presente que en los dos primeros meses de campaña la producción ha sido de 292-019 toneladas, con unas existencias según datos de AICA a finales de noviembre de 227.749 toneladas, a la expensa de lo que ocurre en el mes de Diciembre -mes clave de campaña en producción- y sobre todo con los rendimientos industriales.
En esta última semana ya ha sido normal encontrar aceite de oliva refinados en los lineales de super e hipermercados por debajo de los seis euros en botella de litro en PET.