Los consumidores españoles asocian cada vez menos el aceite de oliva que compran con una marca en concreto. El reciente informe Brand Footprint 2016, elaborado por la consultora Kantar Worldpanel, señala que, de las diez marcas más conocidas del sector de la alimentación en el mercado español, ninguna es de aceite de oliva. Ni Carbonell, ni Koipe, ni Coosu,r ni La Española, ni La Masía, ni Borges…
Pese a ser uno de los productos de compra diaria y sobre todo, pese a ser uno de los cinco productos que la gran distribución utiliza habitualmente de gancho comercial. Especialmente cuando su precio está bajo (por debajo de tres euros litro) o en momentos de bajada como la actual.
El ranking mide el número de veces que una marca es comprada en el punto de venta. Las diez marcas de consumo alimentario han sido Coca Cola, El Pozo, Campofrío, Don Simón, Central Lechera Asturiana, Activia, Gallo, Danone, Azucarera y Bimbo.
De las 50 marcas más conocidas, 27 son de origen español. Otras marcas han crecido con fuerza en el ranking, como el caso de la firma de embutidos Argal, Font Vella, Kaiku, Président o Serrano. En cuanto a fabricantes, Danone es el que más marcas incluye en el ranking: Activia, Danone, Vitalinea, Actimel, Danonino, Font Vella y Oikos.
Si tenemos en cuenta que en torno al 70% del aceite de oliva que se vende en súper e híper es marca blanca o de distribuidor, y que este porcentaje sube casi al 90% en los aceites de girasol, la no inclusión de marcas aceiteras en el Top 10 marquista español no extraña.
¿Se ha olvidado el consumidor español de las marcas de aceite de oliva?