Revista Almaceite

El envejecimiento de la población, a pasos agigantados en la sociedad española ante la mayor esperanza de vida y la menor natalidad, puede convertirse en un aliado del consumo de aceite de oliva. Caminamos hacia el 20% de la población mayor de 65 años. Las mujeres españolas viven de media 85,6 años y en el 2030 llegarán a los 88 años de media, según recientes estudios demográficos. Se vive más. Y se quiere vivir mejor.

Según el estudio Global Consumer Life, elaborado por la consultora GFK, dos de cada tres consumidores buscan productos en su cesta de la compra que sean saludables. Otro estudio, de Nielsen Consumer 360, también destaca que un 45% de los consumidores demanda habitualmente productos saludables en los lineales. Y el aceite de oliva virgen y virgen extra reúne todas características –avaladas médica y científicamente– para serlo.

Según los expertos, la salida de la crisis también propicia un cambio de pautas en el consumo: primero se busca la salud, después productos Premium y después comodidad.

Además del fuerte crecimiento de frutas y verduras en el año 2016 –solo hay que ver la proliferación de fruterías en las calles de cualquier gran ciudad española– también destacan los productos que prometen beneficios saludables contra la hipertensión, las alergias, el colesterol o por ser cardiosaludables.

Estudios de Nielsen muestran como un 70% de los consumidores aseguran que toman decisiones de compra en el súper pensando en la prevención contra determinadas patologías, sea la obesidad, la diabetes, el colesterol o la hipertensión por ejemplo. También aquellos productos que les pueden ayudar –o al menos así se venden– para recuperar la memoria o mejorar su vitalidad.

Prueba de esta nueva tendencia del consumo saludable es el gran auge de la alimentación ecológica en el mercado español, más de un 20% anual en facturación, con la llegada de grandes cadenas de franquicias y la entrada de los gigantes de la distribución como El Corte Inglés. Lo saludable y natural vende.

Hasta hace unos años, para las grandes marcas de alimentación la población mayor de 65 años resultaba casi insignificante a nivel comercial y de marketing. Ahora, las campañas de publicidad han alargado el target de cliente hasta la frontera de los 70 años.

Este envejecimiento de la población consumidora también tendrá efectos sobre los lugares de venta. Aumentan los súper más pequeños y de proximidad, más cercanos, y baja la cuota de híper.

El aceite de oliva –virgen y virgen extra– tiene una oportunidad de oro ante la nueva época del consumo saludable.