En Bélgica, especialmente en Flandes, es más fácil encontrar una buena cerveza que un buen AOVE. Tanto en sus restaurantes como en sus tiendas.
Bélgica pasa por ser el país de las mejores cervezas del mundo. Pese a sus reducidas dimensiones y población, cuenta con 180 industrias cerveceras que producen al año 18,7 millones de hectolitros y más de 1.150 marcas diferentes de cerveza, con 700 perfiles de sabor distintos.
Especialmente demandadas son sus seis cervezas trapistas, elaboradas en los monasterios por los propios monjes con recetas de hace siglos que han conquistado el mundo entero: desde la Vestvleteren XII a la Orval. Y es ahí, en el país de las trapistas y cervezas de abadía donde el aceite de oliva virgen extra español quiere quitar la supremacía al AOVE italiano, que tiene en su cercanía su mejor aliado.
De hecho, el AOVE español ya controla en torno al 35% del mercado belga, con un gasto per cápita de cerca de tres euros por persona. En el año 2016, las ventas de aceite de oliva español en Bélgica crecieron un 17%, con cerca de 40 millones de euros en ventas.
El uso generalizado de la mantequilla, tanto en desayunos como en la comida, está todavía muy arraigado entre el consumidor medio belga, igual que ocurre en otros países centroeuropeos. Pero el consumo de AOVE no para de crecer, y el español ofrece una relación calidad-precio mucho más ajustada que el italiano.
Bélgica reúne el perfil de mercado de gran potencial para el aceite de oliva virgen extra español. Mercado de reducidas dimensiones -30.528 kilómetros cuadrados, 2,5 veces menos que Andalucía- con una población de 11,4 millones de habitantes, y lo que es más importante, con un potente PIB per cápita de 37.400 euros. Y tradición por los alimentos gourmet y con una restauración de calidad muy importante, como atestiguan sus restaurantes con estrellas Michelin. Su cercanía geográfica con Francia y con Holanda también resulta muy interesante logísticamente.
Hace pocos meses, Extenda organizó una visita comercial con 14 empresas de AOVE andaluz a tierras belgas para presentar sus aceites y sobre todo para conocer de primera mano las demandas de los distribuidores locales.