La agricultura pierde fuelle en la estructura económica de España y con ello aumenta la despoblación rural. Aunque hay comunidades que aguantan y el olivar tiene mucho que ver en esta situación.
Un reciente informe de estudios de Bankia analizaba a nivel nacional el peso del sector agrario en la economía española. Y sus conclusiones resultan esclarecedoras: en tres comunidades autónomas –Madrid, Baleares y País Vasco– el peso agrario sobre el VAB (Valor Agregado Bruto) regional no llega al 1%, mientras en Cataluña es del 1%.
Curiosamente, las tres comunidades autónomas donde el volumen de la agricultura es más alto en relación a su economía son las tres que cuentan con mayor producción de aceite de oliva y mayor número de hectáreas de olivar: el 9,1% en Castilla-La Mancha; el 8,6% en Extremadura y el 6,3% en Andalucía. De esta forma queda claro como el olivar tradicional sigue teniendo una importancia capital en el sector agrícola y en la economía de las zonas rurales. En otra región con tradición olivarera, Aragón, el peso agrario sobre el total económico alcanza el 6,3%. A nivel nacional, la media española se sitúa en el 2,9%.
Estas tres comunidades autónomas concentran el 68% del total de las almazaras existentes en España, con un total de 1.243 sobre un total de 1.835, según los últimos datos de AICA.
El informe de servicio de estudios de Bankia también destaca el gran protagonismo que el aceite de oliva mantiene en el sector exportador agrario. En el caso de Andalucía, los aceites representan el 29,5% de las exportaciones, solo por detrás de hortalizas y verduras, que suman el 57% del total. El aceite de oliva encabeza a nivel nacional las exportaciones agroalimentarias al mercado de Estados Unidos, con 1.879 millones de euros; el tercer puesto en el mercado italiano con 1.023 millones de euros, y la tercera plaza entre los productos agroalimentarios en el mercado de China con 127 millones de euros.