
Entrevista con
Fernando H. Rotondo
Director de Olivopampa
Brasil se ha convertido en uno de los mayores mercados mundiales de consumo de aceites de oliva, aun teniendo una producción muy pequeña. Un pequeño número de productores locales lleva tiempo produciendo AOVEs de calidad y sobre todo tratando de formar y promocionar el producto entre el consumidor.
Fernando H. Rotondo es Ingeniero Agrónomo, especialista en Olivicultura (IFAPA 2012). Nacido en Perú, llegó a Brasil en el año 1992. Socio Director de Olivopampa, fabricante de la los AOVE Ouro de Sant’Ana en la localidad brasileña de Santana do Livramento en Rio Grande do Sul, fronterizo con Uruguay.
¿Cómo comenzó vuestro proyecto olivícola en Brasil?
Nuestro vecino del sur, Uruguay, ya contaba con 6 años de experiencia olivícola, en condiciones similares. El olivar (>10.000 pies) fue plantado en 2009 y 2010. Esta iniciativa sirvió de modelo para otros emprendedores del sur del estado de Rio Grande, que nos siguieron, plantando olivos en terrenos que eran pastos dedicados a la ganadería. Entre las variedades plantadas en nuestro olivar destacan las variedades Arbequina (35% de los arboles), Manzanilla (25%). Después le siguen en importancia la Arbosana, Koroneiki y Coratina, y algo de Picual y Frantoio.
Las variedades que fueron plantadas fueron escogidas para racionalizar la cosecha y la producción de diversos tipos de aceite. Optamos por la recolección temprana para garantizar más calidad. La secuencia de cosecha es: primero la Manzanilla (mesa y aceite) luego sigue la Arbequina, después la Koroneiki, luego la Frantoio, después la Coratina, para después concluir con las variedades Arbosana y Picual.
Otro criterio fue el de producir Monovarietales: Arbequina y Arbosana, o alguna edición especial y diversos Blends entre ellos, Novello, Premium Blend suave e Premium Blend Intenso.
¿Cómo enfocan la comercialización de sus AOVEs?
Actuamos en el segmento gourmet/premium, de alta gama, el que nos interesa fundamentalmente. Fue el objetivo para ser competitivos con los aceites predominantemente maduros, producidos industrialmente que dominan el mercado Brasileño. Hay un arduo trabajo para educar al consumidor desinformado y poseedor de una memoria sensorial todavía confusa. Incluyo en esta indefinición a muchos Chefs de cocina (restauración) que todavía no tienen claridad sobre lo que un aceite diferenciado ofrece. Los AOVE verdes, de recolección temprana, son una novedad de poquísimos años. Nuestro trabajo de persuasión también llega a los canales de distribución y restaurantes -todavía pocos- dispuestos a adoptar la calidad.
¿Cómo ves el mercado brasileños de aceites de oliva?
La mayor parte de los aceites vendidos en el Brasil son comercializados por empresas portuguesas, españolas e italianas. Los AOVEs clásicos, son más del tipo maduro, dejando espacio para algunos productores locales el segmento de recolección temprana, de aceites más frescos. La oportunidad también viene dada pues cosechamos en el hemisferio sur en la contra estación de los aceites de origen mediterráneo.
El mercado brasilero es un mercado creciente donde merece destacar este nuevo segmento de AOVEs más frescos, ayudado por los aspectos positivos del salud. La cosecha brasileña garantiza AOVES frescos de gran intensidad sensorial en períodos de gran consumo como Semana Santa y Pascua.
En Brasil también se venden volúmenes importantes de aceite refinado con aceite de Soja o mezclas de aceites tipificados como vírgenes con aceite de soja. El desafío de los productores es persuadir y convencer al consumidor de las diferencias de estos aceites con los aceites genuinamente Extra Vírgenes, nuevos y frescos. Existe algo de confusión en los consumidores, originada por la similitud de nombres y denominaciones. Muchos aceites etiquetados como extra vírgenes, no lo son. El tema de calidad es reciente. El gran volumen de consumo continúa siendo el aceite clásico de bajo precio.
¿Está creciendo el número de productores?
El sector del los nuevos olivicultores y almazareros crece con mucho entusiasmo y optimismo, aunque los costes de producción son altos, comparados a los costes de los olivares de otros países de clima templado más seco como las superintensivas de Chile y Argentina. La producción super intensiva en el Brasil no es viable por el clima más húmedo. Apostamos por el oleoturismo y la formación con catas y cursos. Un tema importante es que todavía no hay un grupo de análisis sensorial homologado oficialmente por el Ministerio de Agricultura. Brasil no es signatario del COI, por lo que los laudos emitidos por paneles tests homologados por el COI no tienen validad en el Brasil.