El aceite de oliva pasa de ser el cuarto producto más comprado el inicio del confinamiento al número 30 en la última semana

ventas confinamiento

Las ventas de aceite de oliva han experimentado un importante alza desde el establecimiento del estado de alarma y el confinamiento de la población, incluso días antes de mediados de marzo. Pero el denominado por los expertos en consumo como “compras búnker” de  los primeros días ha dado paso a un estancamiento de las compras en la categoría. De esta forma, el aceite de oliva ha pasado de ser el cuarto producto agroalimentario que más compraron los clientes entre el 9 y el 15 de marzo –según datos del Panel del Ministerio de Agricultura– al número 30 de la lista de la compra entre la semana del 30 de marzo al 5 de abril.

En los primeros días del confinamiento familiar, solo las legumbres, el arroz, la pasta y la harina se vendieron en mayor cantidad que el aceite de oliva en relación a las mismas fechas del año anterior. En el caso del aceite de oliva, según los días, las ventas llegaron a ser hasta un 126% más altas que en los primeros días de marzo del 2019.

Según han ido avanzando las semanas de confinamiento, las ventas de aceite de oliva se han ido ralentizando con crecimientos medios en torno al 13% en relación a las mismas cifras del 2019. Hay que tener en cuenta que el ticket medio de compra ha subido casi un 38% en las tres primeras semanas del confinamiento, según datos de la consultora Gelt.

El gran problema para el sector productor español de aceite de oliva, tanto de cooperativas como de almazaras industriales, es que este alza de las compras se ha producido en un momento en el que el sector envasador contaba con un stock muy importante de aceite, algo menos de 300.000 toneladas. Esta situación ha provocado que lejos de tensionar los precios en origen al alza, incluso lo ha llegado a presionar a la baja.

A todo ello se unen los precios en origen de los oliva lampantes de Túnez ya en puerto a precios muy bajos, incluso a 0,30 céntimos/kilo por debajo de los precios españoles ya de por sí muy bajos. Y la disponibilidad de AOVE existente en el mercado italiano para varios meses de campaña, cerca del enlace de la próxima.

Un panorama poco halagüeño para la producción solo cambiado por las lluvias de abril, que van mejorando los olivares y la disponibilidad de aguas en acuíferos y pantanos. Y dando perspectiva de una mejor cosecha. El problema, como casi siempre en los últimos tiempos, es mismo de siempre: ¿a qué precios?


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