
En pocos años Portugal ha consolidado su sector oleícola superando en las últimas campañas de forma holgada las 100.000 toneladas de media. El “milagro” de tan rápido crecimiento tiene nombre de pantano: Alqueva. Un gigantesco territorio de tierras sin labrar regadas por el mayor pantano de la Unión Europea en el que se han plantado decenas de miles de hectáreas de olivar superintensivo y en seto, buena parte de ellas con capital inversor español. Gracias a ello, en pocos años Portugal ha logrado duplicar su producción media, aunque sea a costa de otorgar casi todo el peso a la región de Alentejo.
Según datos del Ministerio de Agricultura de Portugal, tres cuartas partes de la producción de aceite de oliva de Portugal en las últimas cinco campañas proceden del Alentejo. Aunque esta pasada campaña, la producción global descendió en torno al 30% comparada con la anterior. En los datos oficiales de producción estatales, que abarcan los últimos 100 años, la última campaña has sido la número 11 en cuanto a volumen de producción.
Además, Portugal, por el modelo de olivar al que nos referimos, está logrando especializarse en el mercado global internacional como suministrador de los primeros AOVEs de recolección temprana cada campaña, logrando con ello excelentes cotizaciones. Más del 75% de la producción media de las últimas campañas ha sido virgen extra.
El sector oleícola portugués cuenta con algo menos de 500 almazaras, aunque muy dispares en su funcionamiento y volumen de procesado. La que marca la diferencia de los olivares tradicionales y de montaña de la zona norte del país, de los superintensivos y en seto de la zona de Alqueva, donde se han abierto alguna de las mayores almazaras en capacidad diaria de molturación a nivel europeo. También cuenta con 12 refinerías y 17 extractoras de orujo. Aunque la irrupción a gran escala del olivar superintensivo y en seto ha uniformizado más las variedades predominantes (Arbequina, Arbosana, Koroneiki, Picual), gran parte del olivar luso sigue albergando variedades más comunes como la Gelga Vulgar, la Verdeal y Madural, la Cordovil, la Carrasquenha o la Maçanilha.
El mercado brasileño sigue siendo clave en el negocio aceitero de Portugal, concentrando en torno al 25% de sus exportaciones, aunque otros mercados como Estados Unidos -sobre todo en el periodo de los aranceles al aceite español- se han convertido en objetivos prioritarios.