
El sector de los aceites vegetales en general, y el de los aceites de oliva en particular, se enfrenta a un gran desafío en los próximos años en el mercado español y que pasa por un cambio en las pautas, modos y comportamientos de consumo alimentario de las familias. Se come diferente. A horas diferentes y de forma distinta a la tradicional en muchos casos.
Normalmente, cuando existía una bajada en el consumo de una de las grandes categorías de aceites se producía un trasvase hacia otra de ellas. Sin embargo, en los últimos meses, aparte de las consecuencias de la pandemia del Covid-19, se está produciendo un hecho peligroso: el consumo global de aceites vegetales decae, y casi ninguna de sus categorías parece beneficiarse. La subida del aceite de oliva en origen trasladada ya en mayor o menor grado a los lineales es verdad que repercute. Pero no explica por si solo lo ocurrido.
Según datos de Anierac en el acumulado hasta abril del 2021, el total de aceites vegetales se ha dejado en el mercado nacional casi 14 millones de litros en ventas, en torno a una caída del 6%. En el caso de los virgen extra se ha dejado 7,4 millones de litros, un 14% de bajada, un dato muy preocupante que demuestra que la fidelización del consumidor hacia esta categoría en consumos masivos y grandes formatos no está del todo consolidada, más allá de promociones y precios bajos. Es decir, la mitad de los litros de aceites que se han dejado de vender en el acumulado hasta abril en España entre todas las categorías ha sido de virgen extra. Las mejores cifras de ventas de los aceites de oliva virgen en los últimos meses no han servido para compensar la caída de los virgen extra, aunque reduce la caída global de ventas en ambas categorías al 12%.
En el caso de los aceites de oliva refinado (suave e intenso) la caída de ventas ha sido más amortiguada en el acumulado, situándose en el 2%, lo que deja la cifra de ventas de los aceites de oliva en global con una caída cercana al 7%. El orujo de oliva aumenta ventas gracias a la activación del canal Horeca, aunque aún muy lejos de sus cifras de los últimos años.
Pese al paulatina vuelta a la normalidad de la hostelería –que no de otros sectores como comedores colectivos y grandes eventos de catering por ejemplo- las ventas de los otros aceites vegetales de semillas siguen sin despertar, acumulando una caída de 6 millones de litros. La subida de las ventas de los mezcla de semillas, muy usados en bares y restaurantes, no ha podido compensar la fuerte caída del girasol, que se deja un 7%.
Habrá que ver en los próximos meses como se gestiona desde el sector productor, cooperativo y envasador la disponibilidad de aceites de oliva virgen extra, y el nivel de precios al que se sitúan en los lineales. Y el impacto que pueden tener en sus ventas de aquí al inicio de la nueva campaña. Así como efecto real del verano y la campaña turística en el canal Horeca.