La subida de los fletes de transporte en más de un 200% pone en jaque las exportaciones aceiteras

El sector olivarero y oleícola español vive mirando al mapa mundi. Sin las ventas exteriores, que en tres de los últimos cinco años han superado los 3.000 millones de euros en valor, el sector oleícola español tendría muy poco recorrido ante la parálisis de consumo en el mercado nacional. De ahí que cualquier acontecimiento adverso que ocurra a nivel mundial acaba por afectar de una u otra manera a la realidad del sector aceitero, sus empresas y cooperativas. Ocurrió con los aranceles a la exportación a Estados Unidos impuestos por la Administración Trump, después con la pandemia, y desde hace unos meses con especial virulencia la brutal subida de los fletes en los contenedores marítimos.

Una situación esta última que ha provocado, según rutas y disponibilidades, subidas en los precios de contenedores de transporte de mercancía de entre un 200% a 260% de media. La preocupación entre el sector envasador y cooperativo, desde los grandes grupos a las pequeñas almazaras gourmet es máxima, y a buen seguro repercutirá en las exportaciones de aceite de oliva español en los próximos meses.

Durante la pasada celebración del Salón Gourmets, donde había más de 200 empresas y cooperativas del sector del aceite de oliva presentes, gran parte de los comentarios de sus responsables no hablaban ya de los precios ni de la campaña de producción, sino sobre las dificultades de afrontar sus compromisos de ventas internacionales a los precios actuales del transporte, que se llevan todo el margen de rentabilidad. La única “ventaja” es que esta coyuntura afecta a todos los grandes mercados exportadores mundiales de aceite de oliva, desde Italia a Portugal, Túnez, Turquía o Marruecos.

El precio global promedio del envío de un contenedor de 40 pies estándar en la actualidad está cerca de 8.600 euros, tres veces más que a principios de 2021 y casi diez veces más que los niveles prepandemia.

Además de la subida del precio de los fletes, en las últimas semanas se están produciendo importantes retrasos en el transporte marítimo y colapsos en las cargas en puerto, especialmente en el Sudeste Asiático. Según datos de Kuehne Nagel, uno de los grandes operadores logísticos a nivel mundial,  a mediados de octubre había en todo el mundo casi 600 grandes barcos mercantes de transporte de mercancías detenidos fuera de puerto en espera de cargar o descargar, el doble de una situación habitual. En los grandes puertos europeos de Hamburgo, Rotterdam o Amberes, las esperas son interminables estos días, agravadas en el caso del Reino Unido por la escasez de conductores de camiones.

Aunque su número es mucho mayor, una treintena de mercados exteriores concentran la mayor parte de las ventas exteriores  de aceites de oliva con origen España, tanto envasado como a granel. Con Italia, Estados Unidos, Portugal, Francia, Reino Unido, Japón y China entre sus primeros clientes.

Habrá que ver también el impacto que las dificultades para las exportación de aceites de oliva tienen en la disponibilidad mayor de aceites para el mercado nacional –o los de radio corto como Portugal e Italia– a la hora de fijar los precios en origen.


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