El cóctel de inflación y precios altos en origen pasa más factura al refinado que al virgen extra en ventas

Los datos de comercialización de aceites  vegetales comestibles hasta el mes de mayo aportados por ANIERAC, ya con el impacto real en el consumo de la inflación y la guerra en Ucrania, ofrecen interesantes reflexiones que afectan a todas las categorías: desde el virgen extra al orujo de oliva, o lo que ha sucedido con el aceite de girasol.

-El mercado de consumo de las grandes marcas envasadoras de la categoría de aceites de oliva sigue partido por la mitad entre aceites de oliva virgen extra y virgen, y los oliva refinado. En algunos meses -los menos- la suma de virgen extra y virgen han sobrepasado el 50% del total. En el mes de mayo, han alcanzado el 49,56%, un punto y medio más que en el mismo mes del 2021. Lo está claro es que el peso del oliva refinado en los lineales españoles sigue siendo muy importante, muy por encima del de otros destacados países productores como Italia, Grecia o Portugal.

-En la categoría virgen extra, en los primeros ochos meses de la campaña 21/22, las empresas de ANIERAC han puesto en el mercado 85,39 millones de litros, 4 millones de litros menos de los que salieron en el mismo periodo de la campaña anterior, lo que supone un descenso 4,53%. En Tasa Anual Móvil se ha dejado 11,7 millones de litros, que no se han compensado con los 1,2 millones de litros que habría ganado el oliva virgen. Si bien cualquier bajada de ventas puede ser considerada como negativa, en la actual coyuntura de precios en origen del producto, y con la inflación en los niveles de los últimos meses, puede considerarse como un dato razonable.

-Curiosamente, las ventas de oliva refinado, tanto las de oliva suave (-13% en Tasa anual móvil) como las de oliva intenso especialmente (-21%) han caído en los últimos meses con mucha más fuerza que las de virgen extra. Algo que quizás tenga que ver con la mayor tasa de fidelización de los clientes de virgen extra que los de oliva refinado. Así como también por el menor diferencial de precios entre las distintas categorías de oliva debido a la menor disponibilidad de refinados.

-Mucho de ha hablado desde el comienzo de la guerra en Ucrania de las dificultades y turbulencias del mercado de aceites de girasol a nivel mundial, y de la escasez que provocaría la compleja salida del producto desde Ucrania como uno de sus grandes productores mundiales. Los precios en origen del producto saltaron por los aires, con limitaciones de venta en los lineales y precios PVP nunca vistos hasta la fecha. Incluso similares a los del oliva refinado. Sin embargo, la comparativa  del mes de mayo de los últimos cinco años no muestra una fuerte caída de las ventas, como la “escasez” aireada del producto y sus altos precios podían hacer pensar. Si en mayo de 2018 se vendieron 25,7 millones de litros, en mayo del 2020 –ya en pandemia- se vendieron 23,1 millones de litros, en 2021 22,4 millones y en mayo de este año un total de 22,4. Es decir, sin guerra de Ucrania, en mayo de este año se han comercializado más litros que en mayo del 2021.

-Mención aparte merece también el orujo de oliva, el gran ganador de los últimos meses, con más de 4,2 millones de litros de aumento en Tasa Anual Móvil, un 32% más. Hay que ver en los próximos meses si una parte de este consumo de orujo de oliva, que depende del Canal Horeca de hostelería y restauración, se mantiene fiel cuando los precios de girasol y semillas bajen ante las mayores plantaciones del producto en toda España. 


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