
Tras varios años de investigación centradas en la Comunidad de Madrid con el Grupo Operativo Olivares de Miel, con el apoyo del Imidra, la investigación sobre los efectos y beneficios de este de tipo de olivares que aprovechan en sus calles la plantación de plantas aromáticas se traslada a Andalucía, donde pequeños productos y también algunas grandes empresas siguen investigando. Javier Domínguez, investigador que ha colaborado por el Grupo operativo, destaca en este artículo lo conseguido -entre ellas algunos avances sobre polifenoles sorprendentes- y sobre todo lo que queda por hacer.
“Un olivar de miel básicamente son setos de aromáticas entre hileras de olivos. Los setos van en tramos de 50 metros, calle sí, calle no, para que el personal y la maquinaria puedan transitar con facilidad por todo el olivar. Ni perjudica la producción de aceituna ni se impide el laboreo.
Inicialmente la idea era obtener, además de aceite, miel y aceites esenciales de aromáticas. Se ha visto que en explotaciones pequeñas la extracción de aceites esenciales de aromáticas no es rentable. Los fenicios y los romanos se equivocaron separando los matorrales de los olivos y llevamos 3000 años pagando ese error. Es cierto que los romanos plantaban cereales entre los olivos, era un policultivo.
Los setos de aromáticas a modo de terrazas retienen más agua y tierra fértil, haciendo al olivar más húmedo y resiliente y preparándolo mejor para el cambio climático. Más agua para el olivar, y menos para el pantano. Retener tierra fértil también implica luchar contra la erosión y la formación de cárcavas.
Hay quien dice que en época de cambio climático no tiene sentido plantar más vegetación por la sequía. La respuesta es que años de sequía sólo son algunos, y que los setos de arbustos a modo de terrazas retienen las aguas ocasionales y torrenciales, son eficaces.
El olivar de miel mitiga inundaciones, al caer menos agua y a menor velocidad al cauce de los ríos, dando tiempo a las poblaciones ribereñas a escapar. Esta virtud del olivar de miel ha sido reconocida por la red europea de prevención de desastres naturales Brigaid y por Naciones Unidas https://climateinnovationwindow.eu/innovations/ honey-olive-grove, https://www.preventionweb.net/organization/hone y-olive-grove (pulsar DRR Profile).
Algo que se ha descubierto con el olivar de miel es que simplemente se pueden plantar hileras de matorrales entre los cultivos leñosos.
Quien dice aromáticas dice otros tipos de arbustos, empleados para diferentes fines: albergar insectos plaguicidas del olivar, oleoturismo (seis tipos de floraciones consecutivas, algo así como un valle del Jerte semestral), obtener material para restauración de suelos, obtención de biomasa para pellets, refugio de fauna con hileras dobles o triples de matorrales, caza sostenible, etc.
Hay olivares que son archipiélagos de encinas en un mar de olivos, ese es el olivar del futuro, complementando con la plantación en los lindes como hace la Fundación Fire o en caminos, arroyos, herrizas, etc, como hace Olivares Vivos.
A mayor escala, es posible diseñar corredores de fauna entre olivares modificando así y mejorando la biodiversidad, con todas las implicaciones que ello tiene. “Más calor, menos agua”, decía un paisajista refiriéndose al cambio climático. El olivar de miel prepara para el mismo.
Y proporciona numerosos empleos. Imaginemos por ejemplo un valle andaluz de olivar donde las vías pecuarias, los caminos, y entre los olivos haya vegetación autóctona, y a la entrada de los pueblos lavanda entre olivos. Blanco, lila y verde, un foco de empleo por los festivales de la lavanda que los pequeños pueblos hacen aquí y allá. Hacer del policultivo virtud, diríase.
En Italia llevan la delantera respecto a las ciudades rutas del aceite, y respecto al senderismo entre olivos. Pero no tienen todavía olivares de miel. El Olivar de miel es un diseño español, de la Asociación Alvelal, y mío, allá por 2015.Ahora hemos visto en el olivar de miel más antiguo de España, el de Fran Martínez Raya (Asociación Alvelal), de cinco años, tiempo suficiente para ver tendencias, que los polifenoles del aceite son menores allí donde hay aromáticas entre olivos»
Los polifenoles de un aceite virgen extra están entre 300 y 350. Hemos visto que en las zonas donde hay tomillo entre olivos el valor asciende a 417, y donde hay lavanda entre olivos es de 435. Valores superiores a lo normal. Lo asombroso es que donde no había aromáticas pero sí retama cerca el valor ascendió a 645.
Hay numerosas teorías, muchas conjeturas, y la investigación no ha hecho más que empezar. El grupo madrileño Olivares de Miel terminó en octubre de 2022, y el grueso de la investigación se ha trasladado ahora a Andalucía. Los olivares de Madrid, Oleum Laguna y los de Perales de Tajuña y Carabaña siguen su andadura, pero es en Andalucía donde se está focalizando la investigación.
Es allí donde próximamente y en los próximos meses se van a producir los avances de conocimiento. Invito a quienes tengan olivares que reserven una pequeñísima parte de su terreno de su terreno a experimentación, dicen los técnicos de UCAM e Imidra que se tardan cinco años como mínimo en ver los efectos de los arbustos sobre el entorno, y cuanta más gente haya reflexionando sobre el territorio, mejor.
El olivar de miel es el olivar del futuro para el olivar tradicional, 300.000 familias olivareras se podrán beneficiar, de ellas 200.000 en Andalucía. Falta investigación, hay que ampliar el número de pioneros, pero de aquí a cinco años o antes habrá ya una sólida base experimental».
Una respuesta a “Andalucía toma el testigo de las investigaciones sobre los efectos del olivar de miel”