
Entrevista con
Aurelio Juzgado
Presidente de AFAVEX
El presidente de AFAVEX, la Asociación de Fabricantes de Aceites de Oliva de Extremadura, que integra a 36 almazaras de la región, se muestra preocupado por la imagen que puede tener para el sector extremeño sobre todo fuera de la región la incautación de aceites de oliva fraudulentos de marcas de fuera la Extremadura acontecida a primeros de marzo. Ya son 26.000 los litros incautados por las autoridades sanitarias de la Junta de Extremadura procedentes de 13 marcas de aceite, ninguna de ellas de almazaras extremeñas.
«Ninguna de las marcas afectadas es extremeña ni el aceite procedía de aquí. El cliente tiene la máxima garantía de la trazabilidad total del producto y de las garantías analíticas de los aceites que proceden de almazaras extremeñas. No podemos pagar justos por pecadores cuando el sector extremeño ha cumplido y cumple siempre con todas las normas. El cliente puede comprar en las almazaras extremeñas aceites de oliva virgen y virgen extra con total tranquilidad».
Aurelio Juzgado dirige una de las almazaras con mayor trayectoria de la región ubicada en la localidad de Monterrubio de la Serena (Badajoz), uno de los epicentros del olivar regional.
¿Cómo han afrontado las almazaras extremeñas está atípica campaña?
Hay varios escenarios. Por un lado, el precio del aceite de oliva tras la corta cosecha a nivel nacional en la que la caída de la producción será del entorno del 50% en relación a la anterior. Donde estaremos un poco justos con el enlace de campaña para la siguiente. En segundo lugar, la fuerte subida de los costes de producción en campo y en almazaras: los herbicidas, los abonos, el gasóleo, la electricidad, los envases. Producir la mitad de aceite ha costado el doble o el triple que en una campaña normal. Aunque el aceite de oliva haya subido en origen como lo ha hecho, el productor de olivar tradicional con la corta cosecha y con la subida de los costes no ha logrado rentabilidad. Y en tercer lugar, muy preocupante, es la ausencia de lluvias y el nivel de los embalses. En primavera debería llover de 300 a 400 litros para poder garantizar en parte una campaña decente.
Extremadura es una de las regiones donde más ha crecido el olivar superintensivo, en seto e intensivo en España. ¿Cómo lo ha afrontado el sector almazarero?
El olivar superintensivo, que concentra su producción en el mes de noviembre sobre todo, y el tradicional son complementarios en el tiempo. Muchas de las almazaras extremeñas trabajamos con ambos tipos de producciones, porque cada vez hay más plantaciones de este tipo en muchas comarcas extremeñas. Cada vez las almazaras están más repartidas. Antes zonas como las de la Siberia o la Serena concentraban una gran parte. Ahora en la zona de las Vegas del Guadiana también hay.
Muchas almazaras de la región siguen teniendo al olivar tradicional como su cliente principal. ¿Los nuevos modelos de olivar ponen en riesgo su futuro?
Los dos años de buenos precios que llevamos han animado a muchos agricultores y empresas agrícolas a plantar nuevos olivares. Es una buena noticia pero también supone un serio problema para el olivar tradicional al que cada vez le cuesta más competir con los costes de producción del olivar superintensivo e intensivo. Hay que defender y apoyar más al olivar tradicional, que ha estado ahí en las buenas y en las malas, tras muchas generaciones. El problema del relevo generacional y la mano de obra es serio. Si los pueblos pierden población significa que pierden agricultores.
Algunas almazaras que comercializan con marca propia se quejan del auge de las maquilas en teoría para autoconsumo. ¿Están bien reguladas?
Ya existe una regulación. Un agricultor que lleva mil kilos de aceituna a una almazara y se lleva su aceite, sabe que es para autoconsumo. Que lo no puede vender ni negociar con él porque no está dado de alta en el IAE ni está capacitado legalmente para hacerlo. Una cosa es el autoconsumo y otra la autoventa.
¿El crecimiento de la producción extremeña tiene un gran desafío en la gestión de los subproductos?
Lo vimos con la anterior campaña de 104.000 toneladas, en la que hubo serios problemas para la gestión de los subproductos. Es un cuello de botella que hay que solucionar para que el resto de la cadena del sector pueda trabajar de forma normal.