
A comienzos de la década de los 90 del siglo pasado, el olivar español obtenía cosechas que difícilmente superaban las 600.000 toneladas de aceite de oliva. Eran años en los que casi todo el mercado aceitero se fiaba al consumo interior, con más músculo que el actual, y donde las exportaciones no pasaban a duras penas de las 300.000 toneladas. Solo a partir del año 96 las campañas se acercaron por primera vez en España al millón de toneladas y las exportaciones pasaron el umbral del medio millón, como recoge el nuevo ANUARIO AOVE-OLIVAR ESPAÑOL 2023 recién editado.
Lo ocurrido en la cosecha del 2022/2023 con 660.217 tn producidas a 31 de marzo supone una vuelta a la realidad productiva del siglo pasado, cuando España contaba con 430.000 hectáreas menos de olivar que en la actualidad y los nuevos modelos de olivar eran cosa de pioneros. La conjunción de temperaturas anticipadas durante muchos meses anormalmente altas unida a la escasez de lluvias y disponibilidad de agua para riegos ha castigado duramente a todo el olivar español, reduciendo su producción de media más del 50% en relación a la campaña anterior, que estaba en línea con la de los últimos años. Con un rendimiento graso sensiblemente menor. Solo la campaña 2012/2013, con 615.000 tn fue peor en la última década.
Precios PVP
Una realidad difícil de asimilar para el olivar líder mundial en extensión, producción y exportación que afecta de forma directa tanto al consumo interno -con precios PVP en el lineal muy dispares del virgen extra- en una horquilla entre 5,60 y 9 euros litro en PET- y a las exportaciones, que verán esta campaña muy lejos el millón de toneladas que parecía haberse afianzado en los últimos años.
Los precios en origen de las últimas semanas, donde han vuelto a experimentar subidas generalizadas en todas las categorías, son el fiel reflejo de esta situación. De la escasa cosecha unido al temor de industriales y gran distribución por una campaña venidera también por debajo de los normal si la climatología sigue como en el primer cuatrimestre del año. En la segunda semana de mayo, el virgen extra ya cotiza a 5,62 euros/kilo en lonja, el virgen a 5,45 y el lampante a 5,35 euros/kilo.
La vecería propia del cultivo del olivo parecía haberse limitado mucho en los últimos años, con la entrada en producción de miles de hectáreas de seto, superintensivo e intensivo, y la extensión del regadío (866.000 has de olivar). Lo que demuestra cada vez más la nítida relación entre clima, producción y precios. En el año 2020, hubo meses en los que el virgen extra llegó a cotizar por debajo de los dos euros/kilo en buenas campañas.
La cosecha final de la campaña 2022/2023 se ha quedado en las 660.000 toneladas con 1.840 almazaras, de las que 509.745 se concentran en Andalucía (el 77,2% del total), unas 66.271 tn en Castilla La Mancha (10%) y 35,953 tn en Extremadura (5,4%). Entre las tres vuelven a concentrar el 92% del total español. Lo complicado de la campaña se ve a simple vista con los datos de producción de Cataluña (15.020 tn para 179 almazaras), Comunidad Valenciana (8.800 tn para 142 almazaras) o Aragón (6.022 tn para 102 almazaras).
Con la llegada de mayo y el olivar en uno de sus momentos cruciales de la campaña, la pluviometría ha sido desde inicios de año prácticamente nula en la zona centro, sur y suroeste de España, con temperaturas medias más altas de la media. Un panorama muy preocupante que se une al nivel de los pantanos que dibuja dos Españas, con la cuenca del Guadalquivir al 25% a mediados de abril y la del Guadiana al 34%. Y que resulta alarmante de cara a las previsiones de campaña 2023/2024, teniendo en cuenta el escaso enlace de campaña previsto, sobre todo con el ritmo de salidas registrado en el mes de marzo.
Foto: Aceites Retamar