¿Tiene que valer un AOVE más barato que un gin tonic?

«Y luego dicen que el AOVE es caro»

La inflación ha vuelto a subir en abril y lo hace sobre todo por la presión de los precios alimentarios. Si le pregunta a cualquier persona en la calle cuál es una de sus mayores preocupaciones, una de las principales tiene que ver con la carestía de la cesta de la compra. La fuerte subida en origen y en PVP en los lineales del aceite de oliva en los últimos meses ha hecho alcanzar niveles nunca vistos de precios en la historia.

Sobre todo si los comparamos con los precios históricos a los que nos ha tenido acostumbrados en los últimos diez años, que en venta al público estaría en el entorno de los 4/ 4,50 euros de media para el virgen extra por litro. Ni la mitad de sus precios actuales. Con campañas altas incluso que han situado los precios por debajo de los 3 euros/ litros en un producto agroalimentario de la calidad del aceite de oliva virgen y virgen extra.

Esta fotografía fija de precios bajos que han acompañado al aceite de oliva en los últimos años, con contadas excepciones en alguna campaña, ha creado una sensación aumentada de un precio muy alto de los aceites actualmente en el mercado.

Sin embargo, si lo comparamos con el alza de precios de otros productos -sean de alimentación o de bebidas- en el mercado, esta percepción no es tan sencilla. La costumbre y rutina de los precios bajos del aceite de oliva virgen extra -de la que el sector no es ajeno a la culpa- ha creado un estereotipo entre los consumidores que será muy difícil de cambiar. A la vez que se vendía como muy saludable y de calidad excepcional frente a otras grasas, su precio no era acorde con esta imagen.

Por ejemplo, en el mercado de vinos, con un stock muy problemático sobre todo en el de tintos medios y baratos que ha obligado a muchas bodegas a ir a destilación, la compra de un vino de los considerados de calidad suele comenzar en la frontera de los 8/10 euros. Desde ahí, hasta precios por encima de los 20 y 30 euros. Y como reconocen en el Observatorio Español del Vino, “los que están teniendo problemas son los vinos de precio medio ya que los de gama alta, especialmente los de Rioja y Ribera del Duero, se venden bien”.

En la actualidad -comienzos de mayo de 2024- el precio de un litro de aceite de oliva virgen extra de primera marca en el líneal estaría en los 10/11 euros de media. Y en el caso de un premium o cosecha temprana, la media estaría para las botellas de medio litro en los 12 euros, con algunas incluso algo más baratas.

Otro ejemplo que pone en valor el precio actual de los aceites de oliva virgen y virgen extra es el de las bebidas en hostelería. En cualquier bar o restaurante español, el precio de tomar una botella de vino en la comida sueñe ser hasta tres veces superior a su precio en tiempo. Con precios medios de entre 20 y 30 euros para una botella de vino de cierta calidad. Y recuerden que se trata de botellas de 0,75 no de litro. Un producto que entre varios comensales durará apenas unos minutos en la mesa. Lo que dura una comida.

Y si hablamos de las copas, vemos que sus precios en cualquier local -no hace falta ir a uno de lujo ni exclusivo- oscilan entre los 7 y los 9 euros de media. Una consumición que dura también escasos minutos, lo que tarde en derretirse el hielo.

Habría que ver lo que dura en una casa media española -una pareja, o pareja con un hijo, o una persona mayor sola- una botella de aceite virgen o virgen extra, la mayoría de las ocasiones utilizada ya en desayunos, aliños, planchas o ensaladas. Seguramente mucho más de lo que tarda en derretirse un cubito de hielo. ¿Por qué tiene que valer un buen aceite de oliva virgen extra más barato que un gin tonic?


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