
Texto:
Alberto Iglesias
Sales Manager de NIQ (NielsenIQ)
Alberto Iglesias es el Sales Manager de NIQ (NielsenIQ) y gran experto en temas de consumo alimentario. En este artículo ofrece las claves del consumo de aceites en los canales de alimentación.
Hablar de la cesta de la compra es hablar del aceite y viceversa, porque no podemos dejar de señalar el peso tan importante que tiene en nuestras vidas y la presencia tan destacada en nuestro día a día y por supuesto, lo que representa para el PIB del país. Y es que no solo es el aceite propiamente dicho, sino que son muchos los actos de compra que realizamos de productos de alimentación en los cuales están incluidos los aceites.
Algunos datos que nos sirven para contextualizarlo son la facturación del aceite envasado en los canales de alimentación, y que es de unos 2.400 millones de euros en 2024, y el crecimiento en valor durante este último año que ha sido del 12%.
Esta cifra es sólo una pequeña parte, ya que su presencia está en otros canales, como el Cash & Carry, la hostelería, las colectividades, etc. Y también lo encontramos en muchos otros productos de alimentación, como las conservas, la bollería o los platos preparados.
Centrándonos en el producto envasado y en todos los canales de ventas de alimentación, un hogar en España compra aceite 13 veces al año y, en concreto, por lo que respecta al aceite de oliva, lo hemos adquirido en 9 ocasiones durante el año 2024.
Pero durante el pasado año —como viene sucediéndose en los últimos años—, también hemos tenido una situación muy especial donde la oferta de productos y los precios nos han hecho tomar decisiones como consumidores que han afectado a la compra y el consumo de estos productos y donde los volúmenes de venta han estado en decrecimiento.
Los españoles, a la hora de hacer la compra, hemos buscado promociones, hemos combinado compras de diferentes formatos e incluso hemos cambiado la forma en la que hemos cocinado.
Oferta y demanda
La duda que teníamos todos los implicados en el sector durante este año, en el que nos hemos enfrentado a una situación que no habíamos visto en la industria, era la incertidumbre entre oferta y demanda y cómo iba a responder el consumidor. Estas dudas más que razonables venían todavía más acentuadas por las diferentes situaciones a las que nos hemos visto afectados como compradores de productos de Gran Consumo durante los últimos años y donde hemos aprendido a tomar decisiones en un entorno muy cambiante.
Tenemos un consumidor que tiene la virtud de la prudencia, pero que, por otra parte, es decidido en su compra y gasta en lo que le aporta y le importa y que toma decisiones enfocadas al ahorro. Pero también compra productos de un mayor rango de precios, porque quiere disfrutar de estos productos para hacer un momento o un día más especial.
Una vez que hemos visto como la situación se normalizaba entre el producto disponible y los precios, vemos como la demanda y la venta de estos productos se ha vuelto a dinamizar, ya que en el mes de febrero de este año los litros vendidos se incrementan en un 50% respecto al mismo mes del año pasado.
Eso sí, aunque hemos visto como el Aceite de Oliva aumenta su presencia en el hogar, todavía hay algún perfil dónde hay potencial importante ya que, aunque cueste creerlo, la penetración del segmento no llega al 65%.
Otro tema que nos preocupa y que analizamos desde NielsenIQ, en esta y en otras muchas categorías, es sobre lo qué pasará con las generaciones que vienen, ya que por ejemplo vamos a tener la Gen Z que será la más numerosa, donde la diversidad se refleja en sus valores sociales, culturales y en su relación con las marcas. También será la primera generación de consumidores “nativos digitales”.
El análisis de estos consumidores y cómo compran y la relación que tienen con las marcas y las categorías es clave en el desarrollo de los productos y la innovación relacionada con ellos.