Nicolangelo Marsicani, Productor de AOVE Premium: “Un AOVE adornado con belleza aromática tiene un valor comercial diferente al de un aceite anónimo”

Entrevista con
Nicolangelo Marsicani
Productor de AOVE Premium

Nicolangelo Marsicani es a día de hoy uno de los productores de aceite de oliva virgen extra premium familiar más conocidos de Italia, desde la provincia de Salerno. Además de ser consultor oleícola tanto en Italia con otros productores y a nivel internacional, por ejemplo recientemente en el mercado brasileño. Logró en la pasada edición de EXPOLIVA Jaén uno de los premios como mejor AOVE intenso de producción limitada convencional o integrada.

Como experto y multipremiado productor de aceite de oliva, no solo pones tus conocimientos al servicio de tu famosa marca: Marsicani, sino que también colaboras con otros productores de diferentes partes de Italia. ¿Es clave esta colaboración para competir con otros modelos de cultivo y grandes envasadores?

La investigación y el estudio son la única manera de ofrecer al consumidor un producto cada vez más avanzado que no sea sólo una reserva de energía sino una auténtica fuente de beneficios para la salud y de placer en la mesa. La colaboración con otras empresas italianas, algunas de ellas importantes, me ha permitido procesar una cantidad considerable de aceitunas en cada campaña y abordar la transformación con sistemas de diferentes fabricantes. Así pude construir un grupo de trabajo con verdaderos profesionales que ponen sus habilidades al servicio de la calidad del aceite.

Itrana y Coratina son las variedades que mejor conoces, pero en tu colaboración con la empresa brasileña “Azeite Sabiá” pudiste trabajar con variedades españolas como Arbequina y Arbosana. ¿Crees que estas u otras variedades españolas podrían encontrar hueco en la olivicultura italiana?

No creo que estas variedades españolas como la Picual deban encontrar un lugar en Italia pero son variedades que, junto con la Coratina, la Koroneiki, la Trilye, la Zaity, la Chemlali, se sientan por derecho en el Olimpo de las variedades mundiales. La fresca belleza de los aceites Arbequina se presta a un consumidor al que no le gusta el amargor de nuestra Coratina y los aromas salvajes de Arbosana te envuelven en una vorágine de belleza salvaje que pocos aceites pueden darte. Estoy convencido de que la correcta interpretación de cada variedad puede garantizar al consumidor una gama de aceites con aromas diferentes para cada necesidad.

La “Marca Italia” en AOVE sigue siendo muy fuerte internacionalmente pero en la última década su producción ha disminuido significativamente. ¿Cómo afrontar esta doble realidad?

Sólo conozco una manera de afrontar las dificultades, y definitivamente es ésta: estudiar y trabajar. En los últimos veinte años en Italia hemos descuidado el sector primario dedicándonos demasiado a la transformación, ahora ha llegado el momento de racionalizar los olivares para satisfacer una demanda cada vez mayor de aceite. Aunque cuando hablamos de aceite no es la territorialidad lo que cuenta sino la calidad del producto. Prefiero un excelente aceite virgen extra tunecino, español, turco o brasileño a un aceite local con un defecto organoléptico. El desafío no es entre territorios sino que debe darse entre la belleza de los aceites y la habilidad de los productores.

En Italia escuchamos a menudo que debería crearse una categoría de aceite de oliva que sea superior incluso virgen extra. ¿Cómo valoras la idea?

Los aceites hablan y sólo hay que saber escucharlos. Si un aceite es virgen extra y está adornado con belleza aromática, naturalmente tiene un valor comercial diferente al de un aceite anónimo, aunque esté etiquetado como virgen extra. Ya no es momento de seguir introduciendo categorías. Tenemos el conocimiento y habilidades para producir aceites adecuados a nuestro tiempo, en el que la tecnología domina nuestras vidas y la inteligencia artificial nos ayuda en nuestro día a día. Es la época de los aceites de oliva vírgenes extra que llenan de belleza nuestras mesas, es la época de los AOVE que nos hacen felices.

Agradecimiento a la colaboración de Javier Sánchez / Aceites Impelte


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