Gonzalo Murillo (Olivamente): “El olivar superintensivo seguiría siendo rentable a 3 euros el litro de aceite de oliva”

Entrevista con
Gonzalo Murillo
Gerente almazara Olivamente

La almazara Olivamente, ubicada en la localidad pacense de Lobón en un punto estratégico del olivar superintensivo y en seto extremeño, ha concluido su cuarta campaña olivarera ya. Según su gerente, Gonzalo Murillo, “se ha concluido muy satisfactoriamente aunque al inicio de la campaña no estaba tan claro que fuera a ser así. La verdad que Extremadura ha tenido una buena campaña en cuanto a producción por lo general y los precios han acompañado además”.

En la pasada campaña, la almazara amplió su capacidad de molturación y tiene previsto doblar la capacidad de su bodega, con más tolvas para reforzar su estrategia dar servicio a sus clientes con partidas independientes. La apuesta por la digitalización es otro de los pilares de la almazara para los próximos años.

El modelo de Olivamente es singular ya que solo trabajan con aceituna de productores directamente, ya que no se abastecen de puestos de compra externos. “Somos granelistas. Nuestro negocio pasa por el asesoramiento, los servicios de recolección y la molturación de la aceituna. Asesoramos tanto en campo como a la hora de poder comercializar el aceite, aunque siempre el cliente es el que tiene la última palabra. En esta campaña hemos contado ya con un parque de 46 cosechadoras puestas al servicio de nuestros clientes. La fidelidad de ellos desde la primera campaña que entró en funcionamiento la almazara ha sido clave para nosotros”.

La almazara trabaja principalmente con productores de Vegas del Guadiana, Tierra de Barros y Portugal. En el vecino país han visto como desde 2006, el precio de la hectárea en zonas con riego asegurado pasaba de 12.0000 euros a 33.000 el pasado año.

Lo que sí ha notado el responsable de Olivamente es que cada vez es mayor el número de productores de aceites de oliva que realiza una gestión activa de su venta. Y no solo entre grandes productores. “Hay productores de 3.000 litros de aceite que deciden vender en varias partidas a lo largo de la campaña el aceite según vaya el mercado. Como si jugarán en la Bolsa”.

Por lo general, en una campaña normal, Olivamente abre las puertas de su almazara de Lobón en la primera semana de octubre y la cierra en torno a la primera semana de enero. El momento perfecto de la recolección es uno de los aspectos clave de la campaña y que les supone más trabajo de asesoramiento, ya que depende de la climatología, de las parcelas en una misma finca y de las variedades. En el que influyen también muchos factores como la grasa en seco en la aceituna.

Otro aspecto que preocupa mucho a los productores, según el gerente de Olivamente, es la prohibición de la recolección nocturna, que puede llegar a afectar directamente a la calidad final del producto. “Habrá fincas o zonas de fincas donde abunden los pájaros o haya zonas de nidificación. Pero el tratamiento no puede ser igual para todos. Sobre todo porque se pueden dar en las primeras semanas de campaña temperaturas diurnas muy altas que provocan una pérdida de fenoles y una oxidación final del producto”.

Gonzalo Murillo sigue viendo que éxito gran interés en entrar o ampliar las fincas de olivar superintensivo y en seto en la región. “No es solo por un tema de precios. Al final, incluso estando el litro de aceite de oliva a tres euros de media, este modelo de cultivo pese a la subida de los insumos y los costes seguiría siendo rentable, y esa es su gran ventaja. Cada vez hay más clientes que entrar o quieren entrar en él como un valor patrimonial más, como si compraran un piso en una buena calle de una gran ciudad. Saben que nunca a perder su valor”.

El aspecto laboral y social también es un aspecto destacado para el “boom” del olivar en la región. “No da el mismo trabajo llevar 100 hectáreas de tomate para industria o de maíz que de olivar superintensivo. La gente quiere ganar dinero pero también vivir y tener vida social”, asegura Murillo.


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