Ver para creer. En el país del olivo y la aceituna arrasa la pipa de girasol. Las cifras de ventas de aceites vegetales comestibles del año 2017 muestran una situación que parece increíble que se haya producido en el mayor productor mundial de aceites de oliva.
El pasado año, según cifras de Anierac, se han llegado a vender en el mercado de consumo español más del doble de litros de aceite de girasol que de aceites de oliva virgen extra y virgen juntos. Las ventas de girasol casi llegan a los 301 millones de litros, con un 18,7% de incremento, mientras que las de virgen extra y virgen sumaron en conjunto los 145,5 millones de litros. De esta cantidad, 112 millones de litros fueron de virgen extra.
Una cifra resulta aún más demoledora: se han vendido en el 2017 más litros de aceite de girasol que de todas las categorías de aceite de oliva juntas, que se quedaron en los 296,53 millones de litros, sobre todo por la fuerte caída de las ventas de refinados intensos y suaves.
Si sumamos los litros del orujo de olivo, en torno a la mitad de los litros de aceites vegetales vendidos en España siguen siendo de oliva. Una situación que se mantiene gracias sobre todo a las compras de los hogares, ya que el consumo en el canal de hostelería y distribución se decanta mayoritariamente por aceites de girasol, semillas y especiales para frituras, de menor precio que el oliva.
Está por ver si la actual coyuntura de precios en origen –y sobre todo la de venta al público con precios medios por encima de los 4 euros– mantiene la tendencia de descenso de las ventas de los aceites de oliva en el mercado doméstico, teniendo en cuenta que los precios del girasol siguen bajos. En muchos casos pudiendo adquirir el consumidor casi una garrafa de cinco litros de marca blanca por el precio de una botella de litro de marca de aceite de oliva virgen extra o virgen.