La realidad de los olivares ya no se acuerda de los aforos ni de rendimientos grasos. El aceite de oliva ya está en las bodegas. Cosechado y sin precio. Los 1,69 millones de toneladas de aceite de oliva producidas en toda España -1,37 millones en el olivar andaluz- hasta finales de febrero según datos AICA, vislumbran que la campaña final puede incluso alcanzar o quedarse muy cerca del récord histórico del sector oleícola español: las 1,78 millones de toneladas de la campaña 2013/2014, que parecía que tardaría muchos años en volver a verse y ya la tenemos aquí de nuevo.
El empujón de los nuevos olivares en zonas como los Valles del Guadalquivir y del Guadiana, el aumento del olivar de regadío en toda España unido a la siempre impactante producción del olivar jienennense, han pulverizado todas las proyecciones de la Junta d Andalucía, el COI, el USDA norteamericano o la Comisión Europea.
Por todo ello, para ver la evolución que puede tener esta macrocampaña puede resultar de interés ver lo que pasó en aquella otra gran cosecha del 2013/2014. Centrándonos en los datos del aceite de oliva virgen extra, aquella comenzó en octubre con precios de 2,33 euros/kilos, que bajaron rápidamente hasta los 2,08 euros/kilo de media en Diciembre. Una caída que llegó en el mes de mayo a los 1,97. Las previsiones de una corta cosecha en la campaña siguiente –que recordemos se cerró en 842.00 toneladas– alivió al sector e hizo subir los precios medios del virgen extra hasta los 2,40 euros/kilo en el mes de julio. El precio medio del virgen extra en la campaña 2013/2014 fue de 2,16 euros/kilo, muy debajo de los 3,25 euros/kilo que se lograron de media en la campaña 2014/2015, con una sencilla explicación: hubo medio millón menos de producción.
Ahora, en la actual nueva macrocampaña histórica, por encima de los 1,7 millones de toneladas, la situación es diferente. Los precios en el último mes marcan una media de 2,33 para todas las categorías, con algo más de 2,50 para los vírgenes extra. Por encima de lo marcado en aquella otra gran campaña histórica.
El problema, quizás, es que tres campañas después, la realidad del olivar español ha crecido con los nuevos olivares y pensar en que la próxima campaña no se llegue a las 900.000 toneladas –como pasó en la 2014/2015– salvo debacle climatológica, es una quimera. Con un añadido más, en aquella otra gran campaña, el arco mediterráneo tuvo bastantes mejores cifras de producción.