La previsión de aumento del 20% en la campaña de aceite de oliva en la UE, una losa para la reactivación de los precios

PRODCUCION EUROPEA

Los últimos datos ofrecidos por la Comisión Europea sobre las perspectivas agrícolas de la campaña 2020/2021 muestran a las claras el cuello de botella que se puede ocasionar en el mes de diciembre en el sector oleícola.

Pese a la merma en la producción estimada en varios países del Arco Mediterráneo, las previsiones apuntan a una campaña en el olivar de UE de 2,3 millones de toneladas de aceite de oliva, un 20% más. Y el gran responsable de esta importante subida no será otro que el olivar español, debido sobre todo a su normal cosecha 2019/2020 y a las buenas precipitaciones de caídas en primavera.

Aunque quedan todavía varios meses hasta el inicio oficial de la campaña el 1 de octubre, el aforo de cosecha a buen seguro que será más de 400.000 toneladas superior a la de esta campaña. La buena noticia del aumento de las salidas comerciales de aceites de oliva en los últimos meses puede no ser suficiente para aligerar las bodegas en una proporción significativa que se viera reflejada en los precios del aceite de oliva.

En lo que sí coinciden representantes de cooperativas e industrias almazareras es que en esta próxima campaña, el inicio de la recolección se va a adelantar en busca de mejores precios con los AOVEs tempranos, en la línea con lo manifestado por el Ministerio de Agricultura en su decálogo de medidas para reactivar el sector y los precios.

Se espera una campaña más “ancha” en el tiempo, que no concentre el grueso de la molturación y la disponibilidad de aceites en los meses de diciembre y enero. Aunque como siempre ocurre en el campo y el olivar, esto siempre es sobre el papel, a expensas de la climatología, las lluvias y el tiempo.

Las previsiones de producción, tanto para Italia, como para Grecia, segundo y tercer productor europeo de aceite de oliva, son menores que la de la actual campaña, debido en unos casos a la vecería, pero también excesivo calor en la etapa de floración que han tenido. En el caso del olivar portugués, menos vecero ya gracias a sus decenas de miles de hectáreas de olivar superintensivo en riego de la zona de Alqueva, la estimación es similar a la actual campaña, ligeramente a la baja.

El informe de la Unión Europea no solo analiza la parte de la producción, sino también el nuevo escenario que se dibuja sobre las compras y consumo de aceite de oliva en la nueva etapa del Covid-19. Con mayor compras en hogares y mayor uso de aceites de oliva en la industria agroalimentaria, pero también con interrogantes importantes por ver cómo repercutirá el parón económico y laboral en alguno de los mercados importadores más importantes y que han sido muy afectados por el Covid-19.

Hay que tener en cuenta que las exportaciones europeas a terceros mercados, lideradas por España e Italia, han seguido creciendo en los últimos meses especialmente a Brasil, Australia y Canadá –con ventas por encima del 20% de media–, aunque en mucho menor medida en Japón y sobre todo en Estados Unidos. En este último mercado, el mayor del mundo tras España e Italia para el oliva, muy afectado ya por los aranceles impuestos por la Administración Trump a las importaciones de envasado. Y que amenazan de nuevo con incrementarse a los aceites de oliva a granel.

Todo suma en este complejo puzzle del sector oleícola mundial, cada vez con más vasos comunicantes. Lo que se decida y ejecute desde Washington acaba padeciéndolo un olivarero de Martos, Valdepeñas, Montoro, Alcañiz o Almendralejo.


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