Por qué Joe Biden tiene en su mano que el precio en origen del aceite de oliva español suba esta campaña

La victoria del candidato demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos –pese a la batalla legal y social promovida por el candidato perdedor Donald Trump– abre de nuevo esperanzas al sector del aceite de oliva y la aceituna de mesa español sobre el futuro de los aranceles.

Aunque las grandes envasadoras españolas, como lo demuestran las cifras presentadas recientemente por alguno de los grandes grupos, han sabido sortear en mayor o menor medida el problema hasta la fecha, la eliminación de dichos aranceles con una nueva Administración en la Casa Blanca sería estratégica para el sector productor.

Por un motivo claro: porque permitiría disminuir radicalmente las importaciones de terceros países –Portugal, Túnez y Marruecos sobre todo– como ha ocurrido en la campaña 2019/2020, cuando se han alcanzado las 250.000 toneladas importadas, para poder eludir la entrada de aceite de oliva “español” en el mercado de Estados Unidos y seguir compitiendo con Italia y Grecia principalmente en el mercado. Y de esta forma, aumentar la demanda en el mercado productor español y relajar la presión bajista sobre los precios.

Habrá que ver también la presión ejercida por los productores y empresas del sector oleícola de California, epicentro del negocio, donde Biden y su partido han logrado una holgada victoria.

Y sobre todo para no perder cuota de mercado y los crecientes contratos de las marcas de distribución de los gigantes del “food delivery” norteamericano. En un momento de repunte importante del consumo interno de aceites de oliva en Estados Unidos, consolidado como el tercer mayor mercado mundial de consumo del sector y el primero en margen comercial.

Un reciente análisis de Caixabank Research sobre el sector agrolimentario español analizaba la importancia del sector exportador y también en detalle lo que han supuesto los aranceles de la Administración Trump para el mismo, y cuáles habían sido sus productos más castigados. Y de todos ellos, el aceite de oliva -tanto virgen extra como oliva- y la aceituna de mesa figuraban en rojo en primer lugar.

Según los datos de Caixabank Research, solo en el año 2019 las exportaciones de aceites de oliva virgen extra a españolas a Estados Unidos habían alcanzado los 280 millones de euros en valor, mientras que las de aceite de oliva sumaban unos 121 millones de euros. Es decir, más de 400 millones de euros en juego por los aranceles. En el caso de la aceituna de mesa, las ventas en el mercado de Estados Unidos suponían 151 millones de euros en el año 2020. El resto de productos agroalimentarios españoles más perjudicados por los aranceles, como el queso y derivados lácteos o la carne de cerdo, se quedan muy lejos del aceite de oliva y la aceituna de mesa.

Según el informe de Caixabank Research, “China es el segundo destino extracomunitario de exportaciones agroalimentarias españolas, que prácticamente se han doblado en los primeros siete meses de 2020 respecto al mismo periodo del año pasado (+94,1%)». Este comportamiento excepcional se explica por las exportaciones de carne de cerdo al país (+216%), que todavía sigue afectado por la peste porcina africana.

El siguiente país en el ranking es EE. UU., con casi 2.000 millones de euros de exportaciones en 2019, un 3,8% del total. Sin embargo, la evolución reciente no es muy positiva, pues entre enero y julio de 2020 se ha registrado un ligero retroceso, del 1% interanual. Este descenso podría estar relacionado con el incremento de aranceles (del 3,5% al 25%) que impuso EE. UU. a determinados productos agroalimentarios el pasado 19 de octubre de 2019. Una  decisión amparada en la resolución de la OMC sobre las ayudas públicas a Airbus que autorizó a EE. UU. a imponer contramedidas a la UE por valor de 6.800 millones de euros, lo cual afectó a España por un valor en torno a los 790 millones de euros.

El informe de CaixaBank Research también alerta de la nueva geopolítica mundial comercial que puede entrar en una nueva fase con la llegada de Biden, más proclive a acuerdos con la Unión Europea. Con una política de “más acuerdos y menos tribunales”.

«Es importante tener bien presente que existe una elevada incertidumbre alrededor de las políticas que regirán las futuras relaciones comerciales de Europa con el país norteamericano».

«El ámbito comercial ha sido caballo de batalla del Ejecutivo estadounidense desde que a principios de 2018 empezaran sus agrias disputas con China y también, aunque en menor medida, con la UE. A pesar de que a finales de agosto hubo un cierto acercamiento de posiciones -EE. UU. finalmente no cumplió con su amenaza de incrementar los aranceles que ya había impuesto en octubre de 2019 a los productos europeos-, las recientes restricciones en el plano tecnológico son claramente indicativas de que las tensiones comerciales fácilmente pueden volver a escena y afectar nuevamente al sector. Sin embargo, también es importante poner en valor que la UE sigue empujando su agenda de política comercial, alcanzando acuerdos comerciales bilaterales con otros países, como Canadá o Japón, que pueden abrir nuevas oportunidades para el sector agroalimentario”. Dos mercados, el de Canadá y el de Japón, también estratégicos para el sector del aceite de oliva español, situados desde hace muchos años en el Top Ten de la exportación española del sector.


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