
Entrevista con
Penélope García Cruz
Directora de Oleazara
¿Cuáles crees que son las razones para explicar que el aceite de oliva virgen extra no tenga un precio razonable para su calidad en origen?
Pensamos que estamos solos porque somos los mayores productores mundiales y van apareciendo otros mercados en los países Mediterráneos que cada vez van copando más mercados.
Los bajos precios a los que se compran estos aceites que vienen de Túnez, Marruecos y demás países mediterráneos y que no tienen los mismos gastos de producción que los españoles ya que no tienen las mismas regulaciones y normativas que nos exigen en Europa unido a una mayor producción provoca la actual coyuntura en la bajada de precios.
Lo más probable es que si no hubiéramos traído aceite de oliva de fuera de España a precios de derribo, podríamos haber vendido nuestra producción sin necesidad de tirar precios.
No estamos haciendo bien nuestro trabajo. Hay que dar el valor que merece a toda la cadena de valor, desde el agricultor hasta la comercialización. Aquí preferimos vender a precios de derribo en lugar de dar el valor que merece un buen aceite de oliva virgen o virgen extra de buena calidad.
¿Qué soluciones piensas que hay que dar para poner en valor nuestro oro líquido?
Todo pasa por hacer crecer la demanda y para ello tiene que haber una regulación equitativa a nivel nacional e internacional. No puede ser que valga lo mismo el aceite que está entrando en España de otros países que no cumplen todas las normativas que debemos de cumplir nosotros.
Es muy importante que en el etiquetado se exija desde los estamentos gubernamentales que haya una trazabilidad para estar seguros de donde se ha producido ese aceite.
Muy importante también que seamos transparentes con el consumidor y le hagamos saber todas las normas y leyes que estamos obligados a cumplir en nuestro país y que si entran otros aceites de los demás países mediterráneos deberían de estar obligados a cumplir y no cumplen, además de pagar aranceles como hacen otros países cuando entra el aceite de oliva hasta quedar al mismo nivel de precios que los españoles, además de cumplir con todas las normas y leyes que nos exigen en Europa en la agricultura, en la almazara, en el etiquetado, etc.
Urge tomar medias para que los precios sean equilibrados para todos los miembros de la cadena de valor y para conseguir esto debemos dirigirnos a otros mercados donde no tienen costumbre de cocinar con aceite de oliva virgen o virgen extra y de esta manera haremos crecer la demanda. Para ello debemos reeducar al consumidor. Es necesario que todos conozcan las bondades de nuestro oro líquido dando a conocer las ventajas saludables que aporta al organismo y enseñando las diferencias entre unos aceites de oliva y otros. Este es el camino para poder dar el valor que tiene en comparación con otras grasas que no son saludables.
Una vez que hagamos bien nuestro trabajo la demanda en los demás países donde no hay costumbre de consumirlo irá creciendo y podremos regular los precios pero insisto en que hay que hacerlo desde las Instituciones y desde el Gobierno.
¿Cómo puede una marca de AOVE de calidad como la vuestra diferenciarse de la cierta banalización de la categoría de virgen extra que confunde al consumidor final?
La única manera es mantener informado al consumidor del proceso tan diferente que hay entre un buen aceite de oliva virgen extra y uno que no lo es tanto y hacerle saber las diferencias entre los aceites de oliva. (Factores que influyen en el sabor final, manera de conseguir que todos los polifenoles, omegas y vitaminas que tiene un virgen extra Premium se mantengan intactos en beneficio de nuestra salud, etc, etc.) La transparencia es la mejor herramienta.