
Rusia es el país con mayor extensión del mundo y uno de los más habitados del planeta con 144 millones de habitantes. Que en los últimos años, de forma gradual pero constante, presta cada vez más atención al aceite de oliva. Pese a no ser un país productor y tener prácticamente el autoabastecimiento asegurado de aceite de girasol con su propia producción y las de países cercanos como Ucrania. Un producto que sobre todo está muy limitado a las clases más pudientes y a la extensa colonia diplomática en el país, para tomar en crudo. También hay que valorar que cada año, hasta la pandemia, el porcentaje de turistas rusos que visitaban las costas españolas –desde Cataluña a la Costa del Sol– ha ido en aumento. España ha conseguido ganar la partida a los aceites de oliva italianos en cuota, aunque en los últimos años el crecimiento de éstos últimos ha sido mayor.
Según el estudio sobre el mercado de aceite de oliva en Rusia de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Moscú, elaborado por Vladislava Mijaylova Antonova en diciembre del 2019, el aceite de oliva es el tercer aceite más importado por Rusia en términos de valor, por detrás de los aceites de palma y coco. Hay que tener en cuenta que más del 80% de los aceites vegetales consumidos en Rusia son producidos en el país. Según el estudio del ICEX, “España domina el mercado ruso con alrededor de un 52 %; sin embargo, el aceite de origen italiano ha irrumpido con mucha fuerza en los últimos años y la cuota de mercado de Italia ha aumentado de manera muy significativa durante los últimos cinco años, pasando de un 27 % a un 36,75 % en este periodo. Desde el punto de vista de las marcas, el mercado, que tradicionalmente ha estado bastante fragmentado, se encuentra también en un proceso de consolidación en el que las cuatro principales marcas ya acumulan la mitad de las ventas. El líder continúa siendo el grupo español Borges, seguido por la marca italiana Monini. El aceite de oliva es percibido por el consumidor ruso como un producto Premium, al que sólo tienen acceso las clases media y alta de la población”, asegura el estudio del ICEX.
El precio sigue siendo el gran obstáculo para que las ventas de aceite de oliva puede crecer con más fuerza en Rusia al compararse en los lineales con el aceite de girasol, el gran dominador del mercado. Según el estudio del ICEX, “el principal obstáculo que encuentra el comprador ruso es el precio, pues por término medio es nueve veces más caro que el litro de aceite de girasol. Por esta razón, muchas empresas comercializadoras de este producto han comenzado a vender aceites mixtos, que en muchos casos tienen una concentración muy baja de aceite de oliva”. Las mezclas de aceites vegetales están permitidas en el mercado ruso.
Recientemente Juan Vilar Consultores ha publicado una de sus fichas-país dedicada al mercado ruso, con interesantes datos sobre su comportamiento. Los individuos rusos consumen alrededor de 0,16 litros por persona al año. Esto se traduce en un consumo de 23.500 litros al año. Del total de aceites consumidos en Rusia, se destina al aceite de oliva 0,9%.
En cuanto al consumo por sexo, se observa como las mujeres consumen aceite de oliva en mayor proporción que los hombres, representando un 54% y un 46% respectivamente.
En función del nivel de renta, las personas que tienen un nivel de renta medio consumen mayor porcentaje de aceite. Situándose las personas de renta media en un 56% de su consumo. El aceite de oliva en Rusia es percibido como un producto Premium, al que solo tienen acceso las clases media o alta.
Según el informe de Juan Vilar Consultores, las diferentes categorías existentes de aceite de oliva, en Rusia se consume en un 52% aceite de oliva virgen extra, seguido de aceite de oliva con un 25%. El aceite que es menos consumido es el aceite de orujo de oliva (3%).
El porcentaje de consumo de aceites de oliva según el tipo de envase, se observa como en Rusia el 90% es en PET. Dónde menos se consume el aceite de oliva es en lata.
Donde más utilizan el aceite de oliva es en la condimentación de ensaladas, es decir, en crudo, representando dicho porcentaje en un 89%. Donde no utilizan el aceite de oliva es para cocinar o para freír. El establecimiento donde mayoritariamente se adquiere los aceites de oliva es en los hipermercados (60%), seguido de los supermercados (30%). El 99% consumen el aceite de oliva en sus propios hogares, el restante 1% fuera del hogar.