
Entrevista con
Fernando Sarasa
Director Comercial Aceites Mestral / Coop. de Cambrils
¿Qué importancia tiene en vuestra cooperativa la sección de aceite de oliva?
La Cooperativa de Cambrils fue fundada en 1902 y nació como cooperativa vitivinícola, creciendo posteriormente en varios frentes. Desde 1940 tienen almazara propia que ha ido ganando en importancia con los años y a partir de los años 90 ha tenido su mayor desarrollo y apuesta por la calidad como lo demuestra el hecho que ha sido premiado 7 veces en el premio del Ministerio.
La almazara es un negocio estratégico y con la finalidad de lograr una mayor expansión comarcal y regional se ha elaborado un plan muy ambicioso. Para ello, en octubre pasado se creó la empresa participada Aceites Mestral SL junto con el grupo agroalimentario MIGASA.
Esta alianza, tiene dos objetivos: crecer en producción, es decir atraer aceituna a nuestra almazara, y en comercialización ser un referente en el mercado regional con nuestras marcas Mestral, Aragem y Masos, sin olvidar los mercados internacionales.
Nuestras instalaciones son las únicas en Cataluña con la Certificación IFS en producción de aceite y envasado, además pertenecemos a la DOP Siurana y a QVExtra. Desde Cooperativa de Cambrils apostamos por la certificación SIQEV que nos permite garantizar un virgen extra de extraordinaria calidad.
En muchas zonas de la península se ha plantado en los últimos años Arbequina en superintensivo. ¿Cómo puede competir con el Arbequina Tradicional?
Es cierto y es la situación actual con la que debemos convivir. Nuestro objetivo debe ser incrementar el valor añadido del aceite de oliva virgen extra que procede del olivar tradicional de la variedad Arbequina, la mayor parte del cual está localizado en Cataluña. Al final son modelos que deben convivir pero tienen una estructura de costes diferentes y por lo tanto la cadena de valor también debería serlo, sin desmerecer por supuesto a las plantaciones superintensivas.
El relevo generacional es un serio problema en el sector olivarero. ¿Cómo se puede trabajar para asegurar el futuro de las explotaciones familiares?
Es sin duda un problema latente que hay que abordar desde muchos puntos de vista. El estadístico lo tenemos claro: la pérdida de profesionales en el sector primario es sangrante. No hay relevo generacional porque el modelo de explotación y la estructura empresarial de las explotaciones familiares en muchos casos no son rentables y las personas que podrían hacer este relevo toman otras alternativas más atractivas.
Hay que actuar en dos frentes: el profesional, incrementando la superficie por agricultor, con la figura de los bancos de tierras y, por otra parte, facilitar los contratos de alquiler con la finalidad última de rentabilizar instalaciones y maquinaria para aumentar las rentas. Aquí las instituciones deberían ayudar facilitando que la tecnología esté al servicio de la agricultura en muchas facetas: agroclimática, energía, residuos, sostenibilidad, mecanización, etc.
Una gran parte de las explotaciones agrícolas son de personas que no tienen como primera actividad la agricultura y habría que facilitarles que puedan continuar con su actividad agrícola. Porque en muchas comarcas catalanas los olivares están en terrazas, muchos son de secano y con rendimientos bajos que si no se explotan de esta forma acabarán como tierras abandonadas, con el riesgo futuro de erosión, incendios forestales, despoblación… continuar con estas explotaciones es admirable y debe ser reconocido.
Pero este análisis no sirve de nada si no conseguimos unos precios dignos para los agricultores y aumentar la cadena de valor del AOVE con un equilibrio para todas las partes puedan convivir. No es un tópico ni es demagogia decir que las medias de los precios de los productos agrícolas no han subido durante décadas y los insumos, maquinarias, mano de obra y otros elementos necesarios para la producción, como mínimo se han doblado en precio. Algo está fallando.
¿El mercado de consumo catalán valora lo suficiente los AOVEs de proximidad?
Se ha trabajado mucho en este aspecto, tanto por parte de las administraciones como por los Consejos Reguladores y las empresas en nuestro territorio. Es decir, una parte de los consumidores valora el AOVE de proximidad y lo adquiere en las agrobotigas de las almazaras, cooperativas o en la GD, donde cada vez la presencia de los aceites como muestro Mestral es más incipiente, pero no podemos olvidar que todavía una gran parte de los consumidores tienen dudas en las diferentes categorías de los aceites de oliva.