Todo lo que pasa en el mercado de Estados Unidos tiene una gran trascendencia en el olivar español y el sector del aceite de oliva. Lo acabamos de ver con la polémica sobre los aranceles previstos a la importación de aceituna negra española, promovido por el lobby californiano del sector. Por eso, los datos de ventas del gigante norteamericano siempre se esperan con interés. Y los de la campaña 2016/2017 ofrece nubes y claros, según se miren.
Uno de los datos que más llaman la atención es el fuerte despegue de las ventas de aceites de oliva virgen extra ecológicos, que ya suponen el 18% del total de las importaciones y que han crecido un 56% en la última campaña. Un claro contraste con el descenso global del 4% que han tenido las ventas en conjunto de aceites de oliva en sus diferentes categorías. Estados Unidos es el destino ya de más de uno de cada tres litros de aceite de oliva que se exportan en el mundo.
La tendencia del mercado USA mantiene el crecimiento de las importaciones a granel, que en los últimos veinte años han pasado de representar el 16 al 42% del mercado. Habrá que ver como las medidas proteccionistas en comercio de la administración Trump afectan a este modelo y las estrategias que seguirán los grandes grupos que dominan el mercado –entre ellos Deoleo y la alianza Pompeian-Dcoop– en el futuro. Y sobre todo la fuerza que grupos locales como California Olive Ranch ejerzan sobre la administración en un Estado clave para la política norteamericana como California, epicentro de la industria local oleícola.
España lidera en conjunto las exportaciones a Estados Unidos, sobre todo gracias a los graneles, donde cada vez compite más en precio con Túnez y Turquía, y el complemento de estaciones de los aceites de Argentina y Chile. En envasado, Italia sigue mandando, aunque España aprieta.
El 52% de las importaciones siguen siendo de aceites de oliva virgen extra, frente al 24% de aceites refinados, el 18% de AOVE Ecológico y el 4% de orujo de oliva, que se ha resentido en el último año.