
Cuando se sigue hablando de erradicación o contención en torno a cómo frenar el avance de la Xyllela Fastidiosa -que acaba de atacar el corazón de la Comunidad de Madrid en Villarejo del Salvanés- algunos responsables de organizaciones agrarias van más allá. Y destacan con claridad cómo sin indemnizaciones razonables siempre existirá la tentación de ocultar algún caso aislado que no controlen los protocolos de inspecciones puestas en marcha por las diferentes comunidades autónomas.
Según el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, “debe haber indemnizaciones establecidas para posibles afectados que cubran las pérdidas, con el fin de que nadie que pueda estar afectado tenga la tentación de callarse, ya que sabemos que la propagación de la bacteria es rápida, por lo que el tiempo es fundamental”.
La polémica por las indemnizaciones ha sacudido ya a las zonas afectadas por la Xylella, tanto en Baleares como en Alicante. En Baleares, destacados almazareros de la zona aseguraban a www.revistaalmaceite.com que “si el caso se hubiera dado en Andalucía, no se estaría hablando a la ligera de talar miles de olivos”.
En el caso de Villarejo de Salvanés, población de suroeste de la Comunidad de Madrid situada en plena Autovía de Valencia que cuenta con la mayor cooperativa aceitera de la región, Recespeña, el arranque inicial afectará en principio a 300 olivos pertenecientes a 8 propietarios, según ha confirmado el Secretario General de Agricultura del Ministerio, Carlos Cabanas. Los trabajos de arranque los llevará a cabo la empresa Tragsa.
Por ejemplo, las ayudas aprobadas a los afectados por la Xylella en Alicante el pasado mes de febrero han traído una airada reacción de los afectados. Desde Jóvenes Agricultores de Alicante el decreto de ayudas indemnizatorias aprobado por la Consejería de la Generalitat es “insultante”.
Establece 6.192 euros por hectárea de árboles de plantación en secado (en este caso han sido almendros) y de 28 euros por árbol aislado que tenga entre 3 y 28 años. Los afectados se quejan de que no hay ayudas para la replantación de la zona ni para el lucro cesante que les supondrá esperar cinco años a volver a plantar. “Si sumas cinco años de espera más siete años que tarda un almendro aquí su primera cosecha decente, estamos hablando de 12 años sin ingresar”, aseguran los afectados.