Los análisis de las ventas de aceites comestibles siguen poniendo el foco en los últimos meses en el mayor protagonismo de los aceites de semillas, especialmente el de girasol, frente a la categoría de los aceites de oliva. Solo en el mes de marzo, según datos de Anierac, las ventas de semillas fueron de 30,3 millones de litros frente a los 22,8 millones de aceites de oliva.
Sin embargo, el análisis detallado de las cifras de ventas de la asociación de envasadores a más meses vista, ofrece otro dato muy preocupante: los aceites de oliva refinados siguen teniendo, aunque por poco, más cuota de mercado en España que los aceites de oliva virgen y virgen extra. Mientras que los virgen extra y los virgen suman una cuota del 49,05% dentro de la categoría de olivas, los suave e intensivo (refinados) suman el 50,95% de esta categoría. Todo ello pese a la fuerte caída de ventas de los oliva intenso especialmente y pese al mejor comportamiento de los virgen extra.
Las cifras asustan. En casa del mayor productor mundial de aceite de oliva lo que más se vende actualmente son los aceites de semillas, y dentro de la categoría de aceites de oliva, aquellos que no contienen las mejores propiedades saludables, como serían los virgen extra.
Según las cifras de Anierac, de los 54,4 millones de litros comercializados de grasas vegetales en España en el pasado mes de marzo, solo 10,4 millones corresponden a aceites de oliva virgen extra y virgen. Apenas un 19% del total de las ventas. El resto se lo reparten entre las semillas (30,3 millones de litros), oliva suave (9,5 millones), oliva intenso (3,2 millones) y orujo de oliva (1,2 millones de litros).
Como se ve, al consumo de los aceites de oliva virgen extra en España se le está atacando por un doble flanco: vía precios (los aceites de semillas) y vía falta de formación (vía oliva refinados). El resultado: uno de cada cinco litros de aceites vegetales que se venden no son oliva ni oliva virgen. Demoledor.