Entrevista con
Enrique García-Tenorio
Director CRDO Montes de Toledo
¿En qué momento se encuentra el proyecto de la DO Montes de Toledo a nivel de almazaras inscritas, marcas registradas, volumen certificado, etc?
Podríamos decir que la DOP Montes de Toledo es un proyecto asentado. El número de almazaras inscritas sufre pocas variaciones, aunque van apareciendo nuevos operadores que vienen con un gran empuje en pro de la calidad en la producción y grandes inquietudes en lo referente a la comercialización.
En lo que respecta al aceite certificado, mantiene un ritmo ascendente desde el principio, aunque nuestra preocupación siempre ha sido que la DOP proporcione el mayor valor añadido posible. Hemos incentivado la comercialización de envases de pequeño formato -inferior a un litro- que actualmente supone más del 80% del total, y hemos apoyado en la medida de nuestras posibilidades la exportación, de forma que hemos estabilizado la misma en torno al 40% del volumen total comercializado. Por lo que respecta a marcas registradas, su número aumenta anualmente.
¿Cuáles son los grandes retos y problemas que tiene planteados del sector del aceite de oliva de Castilla-La Mancha como segunda productora nacional?
Son tres los grandes retos del sector en nuestra región. El primero es el eterno reto de la comercialización, en la cual si bien se han realizado grandes avances queda aún mucho por hacer. Otro reto es el relevo generacional y la profesionalización del sector. Necesitamos que se incorporen al campo y a las almazaras jóvenes profesionales con una sólida formación para competir en un mundo cada vez más complicado. Por último está el reto de la reconversión del olivar tradicional que permita mejorar su competitividad sin perder la ventaja competititva que aporta la diferenciación.
Los aceites de oliva virgen extra de Castilla-La Mancha siempre han sido muy apreciados ¿Hace falta un mayor impulso al envasado?
Desde el principio, en Montes de Toledo hemos tenido claros nuestros objetivos, que no son otros que promocionar los aceites de la variedad Cornicabra a nivel nacional e internacional para situarlos entre los más prestigiosos del mundo. Los más importante es una buena base, y esta base nos la proporciona un riguroso sistema de certificación del producto que garantiza que cada botella que lleva nuestra marca de conformidad procede de la variedad cornicabra cultivada en la zona protegida y cumple con los más rigurosos estándares de calidad.
Hemos llevado a cabo una intensa labor de promoción con gran cantidad de actividades públicas, incidiendo especialmente en la difusión de la cultura del aceite cara a cara con el consumidor mediante seminarios, catas comentadas y degustaciones con amas de casa, escuelas de hostelería y con nuestros alumnos favoritos, los niños. Esta labor de promoción nos ha llevado también a participar en las más importantes ferias de alimentación de Europa, Estados Unidos, Japón, China, México, Corea…
¿Se está plantando mucho olivar intensivo y superintensivo en vuestra zona? ¿Puede cambiar el actual modelo de comercialización de los aceites con nuevas almazaras más enfocadas solo al AOVE de calidad?
Por lo que respecta a la comercialización, en mi opinión el tipo de plantación utilizado no tiene por qué influir en el enfoque de la almazara hacia la calidad, ya que es totalmente posible, y existen innumerables ejemplos de ello, producir aceites de inmejorable calidad en plantaciones tradicionales.
Las explotaciones intensivas y superintensivas tienen un importante papel en el sector, pero no debemos caer en el error de abandonar los olivares tradicionales por su baja rentabilidad, ya que su diversidad genética puede ser la clave del futuro del sector.
Estamos estandarizando la oferta con apenas un puñado de variedades, perdiendo una de nuestras principales riquezas que es la gran variedad de perfiles sensoriales que pueden conseguirse en los AOVES; pero a no muy largo plazo el consumidor empezará a demandar nuevas sensaciones que sólo podrán ser satisfechas utilizando variedades distintas a las que se ofrecen en la actualidad.
En efecto, se están plantando gran cantidad de olivos en nuestra región en régimen intensivo y superintensivo, si bien estas plantaciones apenas utilizan la variedad cornicabra. En ese sentido también echo de menos una labor de investigación agronómica que estudie la adaptación de nuestra variedad a marcos de plantación más rentables para el agricultor.