
El desafío de las mayores producciones de aceite de oliva en los próximos años no solo acaba en los precios del aceite de oliva en origen como se está viendo durante toda la campaña. Sino que conlleva también otros interrogantes y desafíos a los que el sector productor y almazarero tendrá que hacerles frente: desde los cuellos de botella en la recolección hasta el almacenamiento de cientos de miles de toneladas en bodega. Y entre los mayores retos del sector figura la gestión del alpeorujo.
El pasado 24 de mayo se dieron cita en el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario de Extremadura (CTAEX) representantes del orujero de Extremadura, Andalucía y Portugal junto con almazaras y organizaciones de productores para abordar una previsible situación futura de una elevada producción de aceitunas y, consecuentemente, un elevado volumen de alpeorujo que podrían llegar a colapsar las orujeras de las principales zonas productoras españolas.
La jornada fue conducida por Alfonso Montaño, oleólogo de CTAEX, quien introdujo a los más de 50 asistentes provenientes no solo de Extremadura, sino también de Castilla-La Mancha, Murcia, Andalucía y Portugal, en la rápida evolución del olivar extremeño como ejemplo de esta creciente necesidad de prever fuertes incrementos de alperujo. Montaño aporta las claves de los que fue una interesante jornada. El olivar se ha convertido en Extremadura en el principal cultivo en riego, superando al maíz por primera vez, alcanzando las 58.617 ha de acuerdo a las cifras oficiales. Con 19 nuevas almazaras en los últimos ocho años y solo una nueva industria orujera.
Estas cifras, según Alfonso Montaño, pueden hacer que Extremadura en un par de campañas llegue a producir no solo las 100.000 toneladas de aceites de oliva, sino alcanzar las 500.000 tn de alpeorujo que tienen que ser gestionadas y que, en otras orujeras de regiones colindantes, como Portugal o Castilla-La Mancha, posiblemente tampoco puedan recepcionar al encontrarse dichas zonas con un problema de alta producción de subproductos de sus almazaras cercanas.
La Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo (ANEO) estuvo presente en la jornada con varios representantes, siendo su gerente, Joaquín López, quien puso en relieve que del alpeorujo se aprovecha todo y que las orujeras son industrias de “residuo 0”. Las orujeras españolas han recepcionado en esta campaña 10,3 millones de toneladas de alpeorujo cuando la media de los últimos 5 años ha sido 5,9 millones de toneladas. Según López, esta cifra viene a demostrar el poder de soportar una campaña record con las instalaciones existentes a día de hoy, pero eso no lleva a que puntualmente alguna industria haya tenido que dejar de recepcionar. Como dato, El Tejar ha incrementado su producción prevista con la real equivalente al 120% del alpeorujo de Extremadura de esta campaña.
Joaquín López destacó que por cada litro de aceites de oliva se generan 5,78 kg de alpeorujo, la media más elevada de los principales países productores. Además puso en valor que el sector orujero no solo vende todo su aceite de orujo de oliva, sino que además importa mucho y también lo exporta tras dotarle de un mayor valor. El precio es, como está ocurriendo con los aceites de oliva, un punto crítico pues se teme que pueda llegar a valores de 600 €/t lo cual sería muy perjudicial para no solo el sector orujero sino toda la cadena de valor de los aceites de oliva.
Del alpeorujo se aprovecha todo, con múltiples salidas comerciales diferentes a la combustión en calderas, sino de aprovechamiento de antioxidantes, biogás, compost…, alternativas que todas juntas deben hacer sostenible el aprovechamiento del subproducto de la aceituna. Para ello el gerente de ANEO instó a la administración pública a agilizar los temas burocráticos y analizar desde otra perspectiva las necesidades de aumentar capacidades, no solo de almacenamiento sino de secado, no limitar por fechas el funcionamiento de alguna orujera y facilitar el riego controlado con las aguas de las almazaras.
Las opciones que a día de hoy son las que deberán gestionar el aumento de alpeorujo fueron representadas por Troil Vegas Altas, la empresa Complus y el Consorcio Oleícola de Extremadura.
Troil Vegas Altas es la industria de gestión de alpeorujos más innovadora de toda España (fertilizantes, electricidad, orujillo, hidroxitirosol…), pues le otorga numerosas y diferentes salidas a las casi 100.000 toneladas de alpeorujo. José Calama, gerente de Troil, afirmó que el sector oleícola tendrá que pagar por la gestión de los subproductos pues la viabilidad de las orujeras con un orujo deshuesado, con menos de un 1,6% de contenido graso sobre húmedo y una elevadísima humedad es inviable, sobre todo cuando se alcancen, según sus cálculos, las 550.000 tn de alpeorujo en Extremadura, cifra aún mayor que la citada anteriormente.
Entre las opciones que aporta José Calama está la de “volver” a un sistema de tres fases en las que las almazaras sean las que gestionaran su alpechín transformado en un nutriente líquido tal y como hace Troil a día de hoy. Ello ahorraría en Extremadura 10.000 viajes de camiones, reduciéndose las emisiones contaminantes, deterioro de las carreteras, etc. El alpechín bien gestionado podría aportar 250.000 t de abono que aportaría 3.000 t de K2O y 25-30 mil toneladas de materia orgánica al suelo, elementos todos que escasean en los suelos agrícolas.
Una de las vías de aprovechamiento del alpeorujo es la transformación a compost. Esta actividad posee Complus, la cual mediante su gerente Sebastián Trinidad, pretende devolver la materia orgánica y parte de los nutrientes que la aceituna ha extraído del olivo. El compost final puede llegar a contener el 55% de su composición del alpeorujo, además de necesitar agua de procesos para la preparación del producto final
También participó en la jornada, Juan Ramón Zárate, gerente del Consorcio Oleícola Extremeño S.L., empresa ligada al grupo FJ Sánchez. Esta industria situada en Mérida separa del alpeorujo el agua, el aceite de orujo y las biomasas, teniendo una capacidad de gestionar actualmente 120.000 t al año y secar 500 t al día. Zárate destacó que mientras se subvencionan y se dan ayudas a nuevas plantaciones y a almazaras, no se piensa en la gestión de los residuos, incluso no se favorecen nuevos proyectos.