
Ovejas en una explotación de olivar en la provincia de Cáceres
Ya no se trata solo de olivar ecológico versus olivar convencional. La nueva Política Agraria Comunitaria (PAC), con sus modelos de ecoesquemas, está comenzando a incentivar un tipo de prácticas de campo frente a otras. Y el olivar no va a ser inmune a ellas.
El uso de cubierta vegetal, preferiblemente en calles, está ganando adeptos en muchas zonas olivareras, tanto en cultivos tradicionales de pocos pies por hectárea como en modelos de olivar intensivo e incluso en superintensivo en riego. Tanto en el caso de gramíneas, leguminosas o compuestas como las margaritas. Cada vez se buscan más que tenga semillas en abundancia para no tener que sembrar todos los años y que no sean perennes para facilitar su desbroce mecánico o a veces animal con siega a diente con ovejas o caballos.
Alguno de los ecoesquemas en los que está trabajando el Ministerio de Agricultura con las comunidades autónomas ya ha destacado el potencial de futuro del uso de la cubierta vegetal, para combatir la erosión del terreno -sobre todo ante precipitaciones intensas como las que se suceden últimamente en algunas zonas-, el mayor aporte de materia orgánica al terreno, la mayor capacidad de infiltración en el terreno e incluso un control de plagas más eficaz.
En algunos casos, el uso de cubiertas vegetales se utiliza también para complementar cultivos, como los que se están estudiando desde hace tiempo en la Universidad de Córdoba dentro del proyecto europeo Diverfarming, con el uso por ejemplo de aromáticas.
Un equipo de la UCO del proyecto Diverfarming compuesto por los investigadores Luis Parras, Beatriz Lozano, Jesús Aguilera y Manuel González ha estudiado los cambios en el contenido de carbono orgánico en suelo a corto, medio y largo plazo comparando manejo convencional, no laboreo y cubiertas vegetales. Un aspecto clave para valorar la calidad del suelo y la productividad de los cultivos.
Su investigación se ha centrado en un olivar centenario de secano del Mediterráneo, concretamente, en la campiña de Jaén, con el fin de evaluar el grado de degradación e identificar las mejores prácticas para obtener un uso sostenible del suelo. En este estudio han recurrido a tres tipos de manejos durante diferentes periodos de tiempo.
Además de los manejos tradicionales en el olivar, el grupo estudió la introducción de cubiertas vegetales. El resultado ha sido positivo al comprobar que, en apenas dos años, se ha empezado a notar una ligera mejora en la tendencia de calidad del suelo.
Esta práctica se ha implementado entre 2017 y 2019 y se ha observado un cambio significativo que ofrece expectativas de cara al futuro. “Es algo importante porque si a corto plazo empieza a verse ya una ligera mejora, quiere decirse que, si se mantiene en el tiempo, podría llegar a ser mucho más importante”, indica Luis Parras.
Este aumento de la calidad ha sido posible gracias a que la cubierta vegetal ha permitido que el carbono de la superficie se vaya desplazando hacia abajo, que es lo que busca el grupo de investigación, ya que el que queda en superficie, como ocurre con el manejo convencional, es fácilmente arrastrado por lluvias torrenciales y dañado por las altas temperaturas propias de la zona estudiada. Sin embargo, si la comunidad agrícola usa manejos que son capaces de secuestrar el carbono en las capas más profundas del suelo, se garantiza que éste perdure ahí en el tiempo, evitando que gases de efecto invernadero en la atmósfera. La búsqueda de nuevas cubiertas vegetales solo ha hecho nada más que empezar.
Una respuesta a “El olivar español busca “alfombras” de cubiertas vegetales impulsadas en la nueva PAC”