
Con la campaña aceitera en su recta final que puede llevarle a los 1,45 millones de toneladas finalmente, los olivareros y el sector en general miran estas semanas gran preocupación el cielo. En las regiones que más peso tienen en la España olivarera lleva sin llover en condiciones desde primeros de noviembre.
La situación en las cuencas hidrográficas más representativas del olivar español –las de Guadalquivir, Guadiana y Med. Andaluza– es angustiosa, con el agua embalsada ya por debajo del 30% de su capacidad. Entre las tres apenas suman 5.400 hectómetros cúbicos a finales de febrero, lo que ha obligado a tomar duras restricciones a las confederaciones para garantizar en lo posible el consumo humano en los próximos meses. En el Guadalquivir contaban con 2.310 hectómetros cúbicos (28,4%), en el Guadiana con 2.881 (30,3%) y el Med. Andaluza con 352 (29,9%).
Las lluvias en el mes de marzo y los meses de primavera serán claves para regular el mercado de precios en origen del aceite de oliva. Al igual que conseguir mantener la tensión de compras en los principales mercados internacionales –desde Estados Unidos a Asia, Brasil, Japón, China, Australia, Canadá, Francia, Reino Unido– a los que no ayudará la “buena cosecha” en Italia, Túnez o Portugal. Ni tampoco la situación de inestabilidad mundial provocada por la guerra en Ucrania. Un conflicto geopolítico que tienen numerosas ramificaciones sobre el mercado energético internacional, especialmente del gas, clave para muchas industrias, entre ellas las envasadoras.
Un mercado que sigue estable en los últimos meses en el entorno de los 3,25 euros/kilo para el virgen extra, los 3,06 euros/kilo para el virgen y los 2,96 euros/kilo para los lampantes. Con una media de 3,10 para el global de los aceites. Los principales intermediarios del mercado están convencidos de que si no llueve en condiciones en las próximas semanas, los precios en origen podrían incluso subir ligeramente, pese a que las disponibilidades a finales de enero superaban el millón de toneladas. De producirse lluvias, con cierta abundancia en primavera –pocos probables según las estimaciones de AEMET– los precios podrían relajarse, siempre acordes a las ventas globales mensuales, tanto de mercado exportador como interior.
Hay que recordar que a finales de enero la producción dada por AICA era de 1.339.265 toneladas, de las que 1.020.664 se habían producido en Andalucía. En el mes de enero, la producción en España alcanzó las 460.692, demostrando que junto a diciembre sigue siendo el mes de referencia clave en el olivar español
Hay que tener en cuenta que la subida del aceite de oliva en los lineales, que ha provocado un descenso de los consumos medios en la horquilla del 10 al 13% de media en los últimos meses, salvo en el caso del orujo de oliva –también tiene que ver mucho con la subida de los costes fijos industriales: energía, logística, transporte, envases. Es decir, no toda la subida de los precios PVP del aceite se deben imputar a la subida en origen del producto. A 31 de enero, últimos datos oficiales, las envasadoras y operadores del mercado contaban con 246.704 toneladas de aceite de oliva en granel y 40.033 toneladas ya envasadas.