
Cuando los efectos de la guerra de Ucrania y las dificultades para la importancia de aceites de girasol parecían abrir nuevas oportunidades a los aceites de oliva en hogares y negocios agroalimentarios, la subida de los precios en origen primero y sobre todo la huelga de transporte han tensado la estrategia de las grandes empresas envasadoras y de las cooperativas más activas en comercialización. Sobre todo de cara a la exportación, el pilar fundamental del sector que acapara más de dos terceras partes de las ventas.
El parón obligado por la huelga del transporte, con dificultades de abastecimiento de cisternas en unos casos, y de productos auxiliares básicos como envases y cartonaje en otros, ha roto la rotación normal del producto. Lo mismo le ha sucedido a la Gran Distribución, que debe resetear su aprovisionamiento de aceites de oliva para las próximas semanas teniendo muy en cuenta la incertidumbre del mercado de aceites de girasol hasta la llegada de producto de Argentina en la nueva campaña.
Esta coyuntura se produce en un momento en el que los precios parecen haberse tomado un respiro tras semanas de subidas constantes, y ante la certidumbre de la que campaña estará muy cercana al 1,5 millón de toneladas. Desde el punto de vista del consumo, solo los virgen y el orujo de oliva se salvan de la quema de la caída del consumo, que es especialmente llamativa en el caso del aceite de oliva intenso. La poca diferencia de precios entre los lampantes y los virgen en origen, y la cierta escasez de los primeros tampoco ayuda. Los aceites de oliva intenso han caído en ventas el doble que la media de la categoría en global.
Durante este mes de febrero las empresas de ANIERAC han puesto en el mercado 21,35 millones de litros de aceite de oliva, 6 millones de litros menos que en el mismo mes del 2021 y 3 millones menos que en enero del 2022. En detalle, la mayor cifra de ventas entre las categorías de aceite de oliva la ha presentado el “virgen extra” con 9,21 millones de litros, seguido del “suave” con 7,27 millones de litros. Las categorías “virgen” e “intenso” alcanzan cifras menores y muy similares entre ellas: 2,29 millones de litros y 2,56 millones de litros respectivamente.
En su conjunto, las ventas de aceite de oliva en estos dos primeros meses del 2022 ascienden a 45,58 millones de litros, es decir, un 16,44% menos que en el mismo periodo del 2021. Todas las categorías, excepto el “virgen” con 4,69 millones de litros y un aumento de un 7,39%, presentan un descenso, en detalle, el “virgen extra” alcanza 18,88 millones de litros, cantidad inferior en un 15,96% a la del año pasado. Las cifras acumuladas del “suave” y del “intenso” son de 16,39 y 5,60 millones de litros, lo que supone un descenso de un 14,72% y 33,93% respectivamente.
Las cifras del mes de marzo, con el efecto de la huelga de transportes, la escasez de girasol y el acaparamiento parcial de aceite de oliva en los lineales será clave en el devenir de los próximos meses, y también en el suelo que tomen los precios en origen.
A pesar de todo, lo único positivo de los últimos días han sido las lluvias en el olivar español. Aunque han sido en marzo, han resultado como agua de mayo.