
Aunque la coyuntura actual provocada por la guerra en Ucrania ha distorsionado en gran medida las cifras del mercado mundial de consumo de aceites vegetales comestibles -desde el aceite de oliva hasta el girasol- las constantes de los últimos años ofrecen pistas interesantes de por dónde irá el mercado.
Los datos aportados por el Consejo Oleícola Internacional (COI) en los últimos días muestran cómo el consumo mundial de aceites de oliva previsto en la campaña actual 2021/2022 puede situarse en los 3,21 millones de toneladas. Esta cifra supone un crecimiento del 2,9% en relación al anterior, es decir, en torno a las 96.000 toneladas más. Si tenemos en cuenta una media del 3% de crecimiento del consumo anual, se llegaría a los 4 millones de toneladas en torno al año 2030. Las campañas internacionales de promoción unidas a las mayores cifras de aumento del consumo por encima del 3% en mercados de gran capacidad de compra como Estados Unidos, permiten vislumbrar que esta cifra de consumo mundial puede alcanzarse algún año antes.
Hay que tener en cuenta que según las estimaciones del COI, desde primeros de los años 90 del siglo pasado, el consumo mundial se ha casi duplicado. Bien es verdad que en aquellos años, campañas de 500.000 a 600.000 toneladas se consideraban como normales en el olivar español, cuando una campaña de 1,3 millones de toneladas ya se considera casi como media-baja. La realidad del consumo ha cambiado a la par que lo ha hecho la realidad de la producción, sobre todo con los nuevos modelos de superintensivo y en seto, y la ampliación del regadío.
Lo que también lo ha hecho de forma notable es la geografía del consumo a nivel mundial. Si en la década de los años 90 pasada el 70% del consumo de aceites de oliva se concentraba en los mercados de la Unión Europea -sobre todo en aquellos donde la Dieta Mediterránea estaba más consolidada- ahora este porcentaje ha caído hasta el 50%. Si por un parte estas cifras pueden parecer tener una lectura negativa -la pérdida del consumo en los principales países productores con España, Italia y Grecia a la cabeza- también presenta una interesante lectura positiva. Y es la globalización del consumo en mercados poco o nada productores de aceite de oliva, donde el producto ha ido ganando cuota de mercado y penetración de los hogares gracias a sus virtudes saludables y también gastronómicas. Que el aceite de oliva se venda forma regular en más de 150 países de los cinco continentes es una gran noticia para el aceite de oliva español.
El objetivo de caminar hasta la barrera de los cuatro millones de toneladas de aceite de oliva de consumo no es solo deseable desde la lógica del mercado sino también necesaria ante posibles escenarios de grandes campañas en España por encima de los 1,8 millones de toneladas, que si se acompañan en otros países productores de la Cuenca Mediterránea podrían provocar tensiones de precios y stocks si el consumo no aumenta de forma constante.
Una respuesta a “El consumo mundial de aceite de oliva camina hacia los 4 millones de tn para el 2030”