
In Memoriam
Juan Antonio Caballero
Presidente Olivarera Los Pedroches
Nos ha dejado Juan Antonio Caballero, presidente de OLIPE, a los 51 años de edad tras una larga enfermedad. Uno de los grandes impulsores del olivar ecológico andaluz y español, y un gran innovador, pionero en muchos aspectos, y defensor del olivar circular y medioambientalmente sostenible, que ha conseguido, junto a sus socios agricultores y equipos gestor, situar a Olivarera de los Pedroches en un lugar de preferencia en el mercado oleícola español. Esta es la entrevista que publicamos con Juan Antonio en el ANUARIO AOVE-OLIVAR ESPAÑOL 2021. Va en su memoria. Descanse en paz.
¿En qué momento se encuentra el proyecto en cuanto a número de olivicultores, producción media y comercialización?
Estamos con una masa social de unas 800 personas socias activas y 500 colaboradoras. De ellas, unas 500 son productores ecológicos con unas 8.000 Has. Fuimos de las primeras cooperativas en incorporarnos a la producción ecológica, allá por el 1995. Desde entonces comercializamos con nuestras marcas: Olivalle para aceite ecológico y Olipe para convencional y pasamos a la internacionalización buscando esta diferenciación, no sólo de producto, sino también de lugar, cultura y tipo de aceite.
¿Ha cambiado mucho en cuanto a manejo en campo el olivar ecológico?
La adaptación a la producción ecológica no fue traumática porque ya había un arraigo de cultura tradicional. Se pusieron a punto y se adaptaron técnicas de cultivo para ayudar al agricultor. De aquí destacamos la conocida “Trampa Olipe” para la mosca del olivo y luego destacar los estudios sobre compostaje de alpeorujo que llevó a abrir un camino de aprovechamiento y de aporte de nutrientes de forma que cerrábamos ese ciclo de nutrientes. Hoy nuestra planta produce un compost de una calidad magnífica para nuestros olivos. Luego, el manejo ha ido cambiado a tenor de que las herramientas en forma de fertilizantes han aumentado. La producción ecológica se ha desarrollado y esto ha hecho que las casas comerciales saquen líneas específicas para la demanda existente. El manejo ha ido siendo el mismo: mucha cubierta vegetal, manejo de ésta con ganadería ovina principalmente y sobre todo mucha presencia del hombre en el olivar.
¿El mercado exportador sigue siendo la clave de las ventas de AOVE ecológico envasado o el mercado nacional también ha crecido?
El mercado nacional ha ido incrementándose poco a poco. Hubo años con subidas más acentuadas, pero en general se ha comportado como se esperaba. Lo más importante es que la producción ecológica se ha “normalizado”. Ya el hecho de haber o demandar productos eco es normal en los supermercados. Antes había que irse a sitios más específicos, pero ahora casi en cualquier súper los hay. Luego siguen existiendo los centros específicos de Eco.
Dentro de lo que es un olivar tradicional, la economía circular resulta clave. ¿Cómo ha avanzado Olivarera Los Pedroches en este sentido?
Pues es una línea para nosotros fundamental. Y aunque esa línea no la doblamos para un círculo, si no que la multiplicamos por que creemos más en una BioEconomía esférica. Las dos dimensiones se nos quedan cortas para expresar un proyecto conjunto, por eso hablo de esfera y llevarlo a tres dimensiones. Los proyectos de este tipo deben y están, sobre todo en un concepto cooperativo muy unidos e interrelacionadas. Ya no sólo el compost, también hojas, el sistema económico, la gestión, … ahora el proyecto que hemos presentado junto con Aimplas (centro tecnológico del Plástico de Valencia) GoOliva en donde valorizamos el hueso como material de carga para bioplásticos y que ha tenido mucha repercusión por la idea. Estamos trabajando en la valorización global, pero siempre relacionada, por ello hablo de esfera.
Y siguiendo el hilo, hay una cuarta dimensión, el tiempo. Hemos aprendido a gestionar este concepto de tiempo para marcar los procesos. Y si ya nos ponemos… pues hay una quinta dimensión: las personas. Si no hay un empuje de gente con espíritu, con un amor a su tierra y un arrojo no hay proyecto que valga. Es nuestra I+D: Imaginación y Desparpajo, que la unimos a la I+D+i que todos conocemos para crecer. Es fundamental el cariño de los agricultores a su tierra y a su dedicación a la agricultura, de ahí que la quinta dimensión, el espíritu de las personas, es la que ampara cualquier proyecto.