Ocho productores movidos por una misma inquietud de la zona de Quesada, en la Sierra de Cazorla de la provincia de Jaén, se embarcaron en un proyecto conjunto cooperativo denominado SCA Ecológica La Olivilla que vende sus AOVEs con el nombre de Dehesa de La Sabina. Desde el principio tuvieron claro, casi como objetivo vital, que querían obtener aceites de oliva virgen extra ecológicos.
Uno de los socios, Juan Ignacio, estuvo en el stand que la cooperativa tuvo en la pasada feria Biocultura en IFEMA de Madrid. “No se trata solo de producir aceite de oliva virgen extra ecológico, sino de mantener y apostar por otra forma de vida, de tratar el medio ambiente y el olivar que nos rodea como se merece”.
Según Juan Ignacio, no todo depende de la Administración. “Somos los propios agricultores y olivareros los que debemos cuidar lo que nos rodea y nos da de vivir”. La cooperativa colabora con SEO Birdlife, una de las sociedades de protección de las aves con más historia en España.
Producen con la variedad Picual y también con la Royal, muy común en la comarca de Cazorla. Para ajustarse a los parámetros y gustos de sus clientes extranjeros, muchos de ellos en Estados Unidos. Sus AOVEs han logrado en 2014 y 2016 la Medalla de Oro al mejor aceite ecológico intenso del mundo en el Concurso internacional de Nueva York.
Frente a la creencia que la producción en ecológico tiene frente al olivar convencional en producción o control de plagas, Juan Ignacio es categórico. “Tras la conversión a ecológico, la producción ha mejorado incluso en cantidad, con parcelas en las que llegamos a los 8.000 kilos por hectárea de aceituna. Y en cuento a las plagas no tenemos problemas porque no las hay. Los socios cogen sus aceitunas ecológicos de las zonas centrales de las parcelas, dejando las lindes en convencional”.
Se trata de AOVEs con alto contenido de polifenoles y de ácido oléico.