Aunque la psicosis de las últimas semanas por la brusca bajada de los precios del aceite de oliva virgen extra y del resto de categorías durante marzo se ha tranquilizado, las noticias que llegan desde Italia también ayudan. Según los últimos datos del COI, la cotización media en origen de los aceites de oliva virgen extra en Italia a finales de marzo era de 4,06 euros, lo que representan una brusca caída del 34% en relación a los precios alcanzados en la Lonja de Bari en marzo del 2017, cuando se superaron los 6 euros/kilo en origen.
El diferencial frente a los aceites de oliva virgen extra españoles en origen no llega al euro, ya que la media de cotización a finales de marzo en España fue de 3,13 euros/kilo. Muy similar a la de los aceites griegos e la Lonja de Chania que cotizaban a 3,08 euros/kilo. Más sorprendente es la cotización del virgen extra en Túnez, en la Lonja de Sfax, con 3,43 euros/kilo, sensiblemente por encima de los precios italianos. Un mercado el tunecino al que los grandes grupos envasadores mundiales miran con mucha atención por el creciente peso de los vírgenes extra ecológicos de calidad en su oferta, con gran demanda en mercados como Estados Unidos o Japón.
Los agentes que trabajan día a día en el mercado de graneles saben que hasta que los precios en origen en Italia no suben de forma significativa, al menos en la frontera de los cinco euros/kilo, los precios en origen es España tampoco subirán hasta los niveles de finales del pasado año. Porque el diferencial de precios entre los virgen extra italianos y españoles siempre ha estado por encima del euro, y en la actualidad ni tan siquiera lo alcanzan.
Tampoco hay que olvidar que el mayor volumen de demanda de los industriales italianos en el mercado español se centra en los últimos años en el aceite de oliva virgen extra, con un peso creciente de los graneles diferenciados, incluso los integrados en denominación de origen.