Entrevista con
Sara Yévenes
Directora comercial de Knolive Oils
La familia Yévenes García tiene una larga tradición en el sector del aceite de oliva andaluz, que data de 1858. Con la inauguración en 2015 de sus nuevas instalaciones en Priego de Córdoba, Francisco Yévenes Zamora decide ceder el testigo a sus hijos, Alberto –actual CEO de la empresa– y Sara, actual directora comercial. Ambos habían estudiado y trabajado durante años en el extranjero, Alberto en China y Sara en Alemania e Inglaterra.
La juventud y experiencia internacional de los dos hermanos ha sido clave en la nueva etapa. Y por diferenciar dos marcas, igual de importantes y cada una con su mercado: Hispasur y Knolive. Esta última con un diseño y nombre muy innovador y con un mensaje directo para cautivar al cliente internacional: “to Know, to taste, to live”. Y con un portfolio muy completo que destaca el potencial de la firma: Epicure, Organic, Hojiblanco, Arbequino y Picudo.
En pocas campañas, el duro trabajo y la nueva estrategia comercial han tenido su recompensa. Knolive ha logrado los más importantes galardones nacionales e internacionales. Solo en el 2017, más de una veintena de importantes premios, desde el Mario Solinas del COI a los de Flos Olei, Evooleum, Nueva York, Mezquita de Córdoba, London IOOC, Japan Olive, L’OR del Mediterráneo, Los Angeles, Der Feinschmecker o Olibeja entre los últimos. Y ambas, Knolive e Hispasur, figurar entre las marcas más premiadas del mundo.
¿Tuvisteis claro desde el momento de lanzar la nueva marca Knolive la importancia del mercado exterior?
Al haber estado bastante tiempo fuera en el extranjero por trabajos, tanto mi hermano como yo, vimos que teníamos que lanzar una marca global que llamará la atención del consumidor internacional. Tanto por diseño, packaging y envase, como por el nombre. Y nos decantamos por Knolive, conocimiento de la oliva. Queríamos transmitir con el verde del envase esa frescura que se consigue con los aoves tempranos de calidad. Tampoco nos olvidamos nunca de nuestros otros aceites ni de los graneles de calidad, porque sin ellos no podríamos haber acometido este proyecto de envasado. Ya durante muchos años con mi padre al frente, los industriales italianos han demandado mucho nuestros aceites.
¿Con qué tipo de olivar trabajáis para elaborar vuestros AOVES?
Contamos con Picudos y Hojiblancos que son los que aportan esos matices a hierba recién cortada, a planta de tomatera y alloza que son tan característicos de la Subbética cordobesa. Y con Picual, diferente al de Jaén ya que depende mucho del terreno y la altitud. También es muy importante el trabajo en almazara, que nos exige mucha dedicación cuando llega el momento de la recolección y elaboración. La campaña pasada, por el gran calor, tuvimos que hacer la recolección nocturna. Para evitar la oxidación del fruto. Y con temperaturas bajas en batido para conseguir un zumo de aceituna fresco y natural.
Acabas de regresar de SIAL Canadá y estás presente muchas ferias y concursos internacionales ¿El concepto salud sigue siendo clave para dar a conocer los AOVES?
A mí siempre me ha gustado explicar no solo lo ricos y buenos que están los AOVEs, sino también los beneficios que tiene su consumo para el organismo. Las vitaminas y antioxidantes que proporciona o el ácido oléico que es extraordinario para la salud. Eso hay que explicarlo y ponerlo en labor. La formación sigue siendo muy necesaria. Tenemos la grasa vegetal más saludable y hay que conseguir que el cliente la consuma diariamente. En sus desayunos, en su comida, en crudo, con verduras, con batidos, con fruta que también está muy buena.
Cuándo productores de otras zonas se preguntan cuál es el secreto de los AOVES de Priego de Córdoba para conseguir tanto premios, ¿cómo se lo explicarías?
Son diferentes factores. Entre ellos uno de los más importantes las excepcionales variedades de la zona, que logran AOVES muy singulares y que gustan mucho, además de tratarse en muchos casos de olivos centenarios. Y la altitud, a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar, también es muy importante. AOVEs buenos hay en muchos sitios, en España y el extranjero, pero en Priego hay unas variedades que atrapan.